Tras el martirio de Shirin Abu Aqleh, que iba equipada con un chaleco antibalas con la palabra "prensa" estampada y con un casco, la Autoridad Palestina y Al Jazeera acusaron inmediatamente a las fuerzas israelíes de haberla matado.
Pese a que investigaciones periodísticas y un informe de la ONU concluyeran que el disparo que alcanzó a la reportera fue obra de los israelíes, aunque descartaban que el tiro hubiese sido intencionado, pero Israel rechazó esa acusación en numerosas ocasiones.
Aunque en sus "conclusiones finales", el ejército israelí reconoció este lunes que uno de sus soldados disparó en dirección de la periodista, pero ha indicado que no abrirá una investigación criminal al respecto arguyendo que sus fuerzas en estos momentos actuaron correctamente, por que recibían disparos desde el lugar que se encontraba la periodista.
Esto mientras que, los testigos presenciales, rechazaron la versión israelí y aseguraron que en la zona en la que estaban los periodistas, incluido Abu Aqleh, no había presencia de palestinos armados. Incluso, la investigación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) determinó que la periodista fue asesinada “deliberamente” por los soldados israelíes.