El gobierno interino de Juan Guaido, como el líder de la oposición venezolana desde hace 4 años ya no será reconocido por parte de EEUU desde enero de 2023, según han informado fuentes de la oposición venezolana a CNN español.
Por otra parte, La oposición de Venezuela ya aislado y repartido más que nunca, busca poner fin a su “gobierno interino” en el país caribeño.
De acuerdo con la información de Financial Times, los tres de los cuatro partidos principales de la alianza opositora, llamado G4, han respaldado la decisión de dejar el reconocimiento de Guaidó como el “presidente encargado” a los principios del año 2023.
Asimismo, los 10 partidos de la oposición venezolana han acordado celebrar elecciones primarias en el enero de 2023 para reemplazar al llamado “interinato” y elegir un solo candidato para presentar en las elecciones presidenciales de 2024.
La medida se considera un gran revés para el líder opositor de 39 años, mientras su popularidad ha alcanzado su más bajo nivel, luego de 4 años sin cumplir su promesa para derrocar al gobierno del presidente electo de Venezuela, Nicolás Maduro.
Como rival de Maduro, Guaidó estableció un gobierno paralelo en 2019, pero no pudo sacar a Maduro del poder debido al apoyo del pueblo venezolano a su presidente electo.
Según el analista internacional, Bassem Tajeldine, Aunque con esta medida, Guaidó se desaparecerá del panorama político, pero EEUU no dejará sus injerencias en los asuntos internos de Venezuela.
"Sin dudas EEUU buscará un nuevo instrumento para sus objetivos. Si es necesario, ante el rechazo que despertó este títere, le urge a EEUU buscar otro elemento más inteligente", destacó el experto en un diálogo con Sputnik Mundo.
Para el experto, EEUU "no dejará de intervenir" en Venezuela, a pesar de que sus intentos de tener injerencia en el país latinoamericano se han visto frustrados, algo similar a lo que ha sucedido en países "como Rusia, Irán o Siria".
Tras la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de 2019 como presidente electo, Juan Guaidó como representante ultraderechista y el líder de la oposición de Venezuela, se autoproclamó como el “presidente encargado”. La medida se realizó con el apoyo del entonces mandatario estadounidense, Donald Trump y sus aliados europeos paralelo a las más duras sanciones impuestas por parte del mismo bloque al pueblo venezolano.