La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como un organismo especializado de las Naciones Unidas, ha designado el 18 de diciembre como el “Día Internacional del Migrante”; Según algunas estadísticas, hay alrededor de 270 millones de inmigrantes en el mundo, que constituyen aproximadamente el 3,6% de la población mundial.
Durante muchos años, además de acoger a una gran población de refugiados e inmigrantes afganos, la República Islámica de Irán también ha recibido, también, a los inmigrantes y refugiados iraquíes.
La primera ola de migración de los iraquíes a Irán se remonta a 1980.
Desde que Saddam Husein asumió el poder en 1979 y comenzaron los conflictos armados entre el país persa y el partido Baasista de Iraq, un gran número de iraquíes de origen iraní residentes en el país árabe, fueron expulsados y enviados a las fronteras de Irán en 1980.
La segunda ola de migración de refugiados iraquíes a Irán comenzó después de la intifada Shabaniya en 1991 y el inicio de los conflictos entre los partidos políticos shiíes y el gobierno, en las ciudades sureñas de Iraq. Las estadísticas publicadas indican que el número total de estas personas es de 500 mil.
Sin embargo, el número de refugiados iraquíes en Irán ha disminuido significativamente, de manera gradual. Según Las estadísticas, el número de esas personas había llegado a 206 mil en 2002.
Con el derrocamiento del gobierno de Ashraf Qani el 15 de agosto de 2021, el mundo fue testigo de la cuarta ola de refugiados afganos a otros países, incluido Irán, donde cinco millones de ellos viven ahí actualmente.
La República Islámica de Irán ha abierto sus brazos a millones de inmigrantes de diferentes países, cuando en las últimas cuatro décadas, se encuentra bajo estrictas sanciones como resultado del silencio de las organizaciones internacionales y de derechos humanos del mundo.
La presión de los embargos ha tenido un impacto negativo no solo en la vida de los iraníes, sino también en la de los solicitantes de asilo.
Mientras tanto, los países occidentales que afirman ser partidarios de los derechos humanos no han hecho nada especial para ayudar a Irán a atender mejor a los desplazados, e incluso, a pesar de la presencia de varios millones de desplazados e inmigrantes en el país persa, en los últimos años, han aumentado la cantidad y calidad de sus sanciones contra la República Islámica.