En una conferencia con la Asociación de Prensa Extranjera de Perú, la mandataria aseguró que no se trata de una protesta pacífica, sino una acción violenta generada por un grupo de personas radicales con una agenda política y económica basada en el narcotráfico y el contrabando.
Preguntada sobre el rechazo de las protestas a dialogar con ella por considerarla responsable de las muertes refirió diversos intentos fallidos y sostuvo que los alcaldes y gobernadores de las regiones en protesta, los cuales se niegan a intermediar con el Gobierno, son amenazados para que se sumen a las protestas. Asimismo, la mandataria peruana afirma que el Gobierno está firme y su gabinete está más unido que nunca, denominando a los manifestantes “personas radicales”, “violentistas” y “terroristas”.
Bluarte descartó su dimisión y aseguró que no tiene intención de quedarse en el poder, pero dejará el palacio del Gobierno una vez que el Congreso haya convocado a elecciones presidenciales anticipadas. Mientras que la gente se reunió en plaza de Dos de Mayo, los peruanos llenaron las calles de Buenos Aires, donde se celebra La cumbre de la CELAC con la presencia de representantes de 33 naciones latinoamericanas. Exigieron el establecimiento de una constitución que impida los actos violentos de Boluarte.
La presidenta alegó que en la primera semana de su administración como reemplazante del destituido gobernante Pedro Castillo, planteó el adelanto de las elecciones generales, aprobado por el Congreso y pendiente de ratificación, para abril de 2024, pero los manifestantes exigen que sean este año.
Desde que el pasado 7 de diciembre estallaron las movilizaciones en protesta contra destitución del expresidente Pedro Castillo, se han reportado 60 personas fallecidas y decenas de heridos por las represiones. A pesar de los intentos del Gobierno de Perú para calmar las protestas, cada vez más voces se alzan contra Boluarte y en solidaridad con el expresidente detenido Castillo.