En sus declaraciones efectuadas este miércoles, Saeid Jatibzade explicó que algunos países europeos habían sido los principales promotores de esta resolución, fruto de un resultado de “votos dispersos, débiles y carentes de consenso y aceptación internacional”.
El 23 de marzo, último día del 46° período ordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos, se aprobó una resolución anti iraní por 21 votos a favor, 12 en contra y 14 abstenciones.
El portavoz criticó la resolución por extender el mandato de un relator cuyos informes no mencionaron la muerte de decenas de inocentes niños iraníes y centenares de pacientes que se vieron impedidos de acceder a los medicamentos debido a las sanciones estadounidenses.
Asimismo, añadió que todas las resoluciones anti iraníes adoptadas desde marzo de 2011 se han basado en acusaciones sin fundamento, insistiendo: “Los países que violan los derechos de otras naciones no pueden presentarse a sí mismos como defensores de los Derechos Humanos, ni tienen autoridad para juzgar a otros estados sobre la situación en esa materia. Más bien, deberán rendir cuentas por sus propios delitos relacionados con la flagrante violación de los Derechos Humanos”.
Jatibzade resaltó que, a pesar de estar sujeto al terrorismo económico de Estados Unidos, Irán siempre ha cumplido sus compromisos respecto a sus propios ciudadanos y ante la comunidad internacional.
La República Islámica es una democracia religiosa que lucha por la promoción de los Derechos Humanos a nivel nacional, regional e internacional, en el marco de sus obligaciones religiosas y de acuerdo con la Constitución, insistió.
El diplomático persa criticó a los patrocinadores de esa resolución por su uso instrumental y político de los Derechos Humanos y por negarse a reconocer las creencias y valores culturales particulares de cada nación, lamentando que influenciados por la propaganda y la guerra psicológica, se hayan alejado de la realidad y guarden silencio frente a las flagrantes violaciones de los derechos de la nación iraní, sometida a las crueles sanciones occidentales.
“Los partidarios de esta resolución deben condenar principalmente los actos de terrorismo económico de la administración estadounidense, la escalada de sanciones unilaterales e injustas, y reconocer los impactos destructivos de esas sanciones para el acceso del pueblo iraní a las necesidades más básicas, como los suministros médicos, cuando afronta la lucha contra el coronavirus”, concluyó Jatibzade.
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