El mártir Alimohamadi, un teórico iraní especializado en física cuántica y de partículas elementales y un distinguido profesor en el Departamento de Física de la Universidad de Teherán, fue asesinado el 12 de enero de 2010 al salir de su casa, al estallar una motocicleta situada frente a su domicilio en el norte de Teherán.
Alimohamadi fue el primer doctorado en física por la Universidad Tecnológica Sharif. Había publicado 53 artículos y documentos en revistas académicas y especializadas revisadas por sus homólogos, y había escrito y traducido varios libros de física.
El asesinato de este eminente científico nuclear representa un claro ejemplo de terrorismo de Estado, en el que se evidencian las huellas del régimen sionista.
Los continuos asesinatos selectivos de científicos iraníes por parte de elementos adscritos al régimen sionista suponen una manifiesta violación del derecho al desarrollo, a la autodeterminación de un país y son una evidente violación de los derechos humanos y un símbolo del terrorismo.
El derecho a la vida es uno de los derechos fundamentales de todo individuo que en ningún caso puede ser arrebatado, y en particular a las élites de un país.
La regla de defensa a la vida no se limita al territorio de un Estado; todos los Estados están obligados a respetar y observar estas reglas en todo momento y en todo lugar. Pero el derecho a la vida ha sido ignorado por el régimen sionista en últimos años en relación con los ciudadanos de diferentes países.
El asesinato de los científicos nucleares no quedará impune. La República Islámica de Irán perseguirá esos crímenes, flagrantes violaciones de los derechos humanos.
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