En su declaración ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), Mayid Tajt-e Ravanchi añadió: Condenamos enérgicamente las reiteradas violaciones de la soberanía y la integridad territorial de Siria por parte del régimen israelí. Los ataques israelíes contra civiles e infraestructuras civiles en Siria el 7 de marzo de 2022 constituyen claras violaciones del derecho internacional humanitario.
“Hacemos un llamado al Consejo de Seguridad para que haga responsable a este régimen por tales actos de agresión y malicia, así como por sus flagrantes amenazas de usar la fuerza contra otros países de la región, poniendo en peligro la paz y la seguridad regionales[N1] ”, señaló el alto diplomático, lamentando: “La situación humanitaria de Siria sigue siendo alarmante. La ONU estima que 14,6 millones de sirios necesitan ayuda humanitaria. Esto representa un aumento del 9 % con respecto a 2021. La pandemia de COVID-19 ha exacerbado ya la frágil situación humanitaria del país.
Asimismo, añadió: “Dada esta terrible situación humanitaria, en la que se han destruido partes importantes de la infraestructura civil de Siria, la imposición de medidas coercitivas unilaterales al pueblo sirio ha tenido consecuencias desastrosas en todos los aspectos de sus vidas y va en contra de ciertos aspectos de la Resolución 2585 del Consejo de Seguridad relativa a los proyectos de recuperación temprana, que son fundamentales para fortalecer la resiliencia de los sirios y permitir que las personas desplazadas regresen a sus hogares”.
La crisis siria no puede resolverse sin poner fin a la ocupación y desarraigar las amenazas terroristas. La soberanía y la integridad territorial de Siria no pueden ponerse en peligro en nombre de la lucha contra el terrorismo. Por lo tanto, todas las fuerzas extranjeras de ocupación y no invitadas, incluidas las de EEUU, deben abandonar el país de inmediato y sin condiciones.
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