El Dr. Bahram Eynolahi efectuó esas declaraciones en su intervención ante la 75.ª Asamblea Mundial de la Salud, insistiendo: “Estoy de acuerdo con el director general de la Organización Mundial de la Salud en que la paz es una condición previa para la salud. Cuando ocurre una guerra, le siguen el hambre y las enfermedades”.
“Las guerras no solo se libran con armas y balas; las guerras económicas y financieras infligen mucho más daño a la salud de las personas”, añadió.
Y al señalar que el brote mundial de la COVID-19 mostró la vulnerabilidad de los sistemas de salud en las urgencias globales, el ministro dijo que la pandemia y sus consecuentes desafíos no solo son una amenaza para la salud sino también una amenaza para la paz y la seguridad.
Finalmente, Eynolahi hizo un llamado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que siga desempeñando su papel en la facilitación de un acceso justo a las vacunas, su producción nacional y la autosuficiencia regional en este sentido.
El martes pasado, en la 75.ª Asamblea Mundial de la Salud, los Estados Miembros acordaron adoptar una decisión histórica para mejorar el modelo de financiación de la Organización Mundial de la Salud.
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