Ante la inflexibilidad de EE.UU., un acuerdo suscrito con la República Islámica de Irán buscaría cambiar este rumbo y profundizar la relación energética que se ha convertido en un salvavidas para la industria petrolera de Venezuela asfixiada por la imposición de las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos (EE.UU.) al país, según ha informado el diario Correo del Orinoco.
Según fuentes cercanas a Reuters, empresas estatales iraníes comenzaron los preparativos para renovar el Centro de Refinación Paraguaná, segundo con mayor capacidad del mundo pero que estaba operando a un 17% de su potencial.
Por otra parte, una unidad de la estatal de la Compañía Nacional iraní de Refinación y Distribución de Petróleo firmó este mes un contrato de 110 millones de euros con Pdvsa para reparar y expandir la refinería El Palito de 146.000 bpd.
A principios de año, estas compañías habían suministrado a Paraguaná piezas para reiniciar una unidad de fabricación de gasolina. El equipo llegó a Venezuela desde China después de que los iraníes manejaron la adquisición y el transporte.
«Aunque se diga que el crudo de Irán es pesado, no lo es, ya que los crudos livianos, como esos, producen más componentes para mezclas y necesitan menos tratamientos secundarios que los pesados de la faja o los que produce Chevron en el Zulia, como el Boscán, por ejemplo», afirma un especialista en el área.
Caracas hace frente a la escasez de gasolina que comenzó desde mediados de 2018 a consecuencia de coercitivas medidas y sanciones ilegales de EEUU contra el pueblo venezolano, que intenta superarlas con las ayudas técnicas de Irán.
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