La red terrorista había formado varias células y tenía previsto llevar a cabo varios actos de sabotaje, explosiones y ataques contra los centros e instalaciones económicos de Irán, así como bloquear carreteras y extorsionar a la gente común, especialmente a empresarios locales exitosos.
Los miembros de la red, respaldados por terroristas escondidos en la región de Kurdistán, trataban entrar en Irán a través de las áreas fronterizas en la provincia de Azarbaiyán Occidental, sin embargo, fueron arrestados todos en una serie de operaciones planeadas por las fuerzas de inteligencia iraníes.
Durante la operación, diversos artículos técnicos y de telecomunicaciones, así como el equipo militar, incluidas varias armas de fuego, granadas, TNT, etc. fueron confiscados.
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