Hamid Nuri ha estado encarcelado en Suecia desde octubre de 2019. Pasó parte de su encarcelamiento en régimen de aislamiento y fue privado del derecho a elegir un abogado, contactar o visitar a sus familiares, reunirse con los llamados testigos e incluso visitar un médico para problemas de salud.
El lunes, luego de un mes de total desconexión de su familia, a Nuri se le permitió hablar con su esposa por menos de 10 minutos.
En esta breve conversación telefónica, que se realizó en presencia de un intérprete y bajo estrictos controles de seguridad, subrayó que las presiones sobre él se han intensificado, y además de estar recluido en régimen de aislamiento, todos sus manuscritos y libros han sido sustraídos de la celda y que incluso estuvo privado de su derecho a estudiar durante varios días.
Nuri también enfatizó en esta llamada que su comunicación y acceso a un abogado se ha desconectado por completo y que no tuvo oportunidad de reunirse o contactar a su abogado.
Dijo que no conoce el idioma sueco, pero las autoridades presentaron el veredicto en sueco y no han hecho ningún esfuerzo por proporcionarle una traducción al persa de la sentencia.
Vale la pena mencionar que el tribunal sueco llevó a cabo la audiencia sobre la base del testimonio de unos 60 miembros de la organización terrorista MKO, quienes afirmaron que Nuri desempeñó el papel de guardia de prisión hace casi cuatro décadas.
El tribunal no permitió que ninguno de los testigos declarara a favor del ciudadano iraní.
Hace varias semanas, Nuri dijo en un archivo de audio que había sido torturado mientras estaba bajo custodia y que se le negó atención médica a pesar de que padecía problemas en los ojos.
Según Nuri, ninguna organización de DDHH ha visitado ni ha hecho seguimiento de su caso, a pesar de su largo tiempo en régimen de aislamiento.
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