Si queréis refugiaros en la naturaleza durante unos días, ajenos a las dificultades diarias y al bullicio de las ciudades, planificad un viaje al sur de Irán.
Las azules playas de Kish, los maravillosos valles de Qeshm, la colorida tierra de Ormuz o los juguetones delfines de la isla de Hengam, junto con el agradable clima pueden convertirse en una experiencia inolvidable para cualquier turista.
La Isla de Kish
Conocida como “la perla del Golfo Pérsico”, la isla de Kish es, seguramente, uno de los mejores destinos turísticos del sur de Irán.
La isla, de apenas unos 90 kilómetros cuadrados de perímetro, es una zona de libre comercio, y los turistas extranjeros sin visado pueden alojarse en ella durante 10 días.
Durante su estancia, los visitantes de Kish pasan su mayor tiempo disfrutando del paisaje, en los centros comerciales o practicando deportes acuáticos.
Y entre las numerosas bellezas de Kish, la ciudad subterránea de Kariz ocupa un lugar inigualable en la isla cubierta de arenas coralinas, situada en el corazón del Golfo Pérsico.
El Kariz (Qanat) de Kish, con 2500 años de antigüedad, se encuentra a una profundidad de 15 metros y fue utilizado inicialmente como un sistema para el riego y la distribución de agua.
Actualmente hay vuelos directos desde Dubái y Mascate a Kish, y si tenéis el visado de Irán podéis llegar a esa magnífica isla a través de las aerolíneas nacionales.
La Isla de Qeshm
Qeshm, la mayor isla iraní y del Golfo Pérsico, está situada en el Estrecho de Ormuz, y es uno de los principales destinos turísticos del país, especialmente en los meses más fríos del año.
Esa hermosa isla cuenta con numerosas atracciones y monumentos históricos, geográficos, turísticos, y dispone también de modernos e internacionales centros comerciales, mercados tradicionales, hoteles y hermosas playas.
Entre las principales atracciones de Qeshm destacan: la Fortaleza de los portugueses (en el este), el Valle de las Estrellas, el Bosque Harra, la Cueva de sal (de 17 km de longitud) y el magnífico geoparque de la isla conocido como “el planeta Marte iraní”.
Qeshm está comunicada por vía aérea desde Omán y Emiratos Árabes Unidos, y los vuelos nacionales parten desde Teherán, Shiraz e Isfahán.
La Isla de Ormuz
Situada en el Golfo Pérsico, la Isla de Ormuz, con sus peculiaridades únicas es uno de los lugares que el viajero no puede dejar de visitar en la parte meridional del país.
Ubicada en las proximidades de Qeshm, Ormuz, con su suelo carmesí cuya antigüedad se remonta a más de 600 millones de años, cuenta con valles, montañas y caminos coloridos, predominando los tonos rojizos, anaranjados, blancos, amarillos, …
Si queréis recorrer la isla, de unos 42 km2 de superficie, podéis embarcaros en un buque durante una hora, pero si preferís el coche, eso podría llevar unas 5 horas.
La Isla de Hengam
Si queréis alejaros de la civilización y las zonas urbanizadas por un tiempo, esta isla, que aún conserva su original naturaleza, es una muy buena opción. En esa isla no podréis encontrar los lujosos hoteles de Kish, pero hay hostales muy bien acondicionados donde podréis compartir el tiempo con los lugareños.
Esta isla se convirtió en una zona de libre comercio en 2019.
Los delfines son la principal atracción turística de Hengam, aunque también se puede contemplar la playa por la noche o disfrutar de la vida salvaje singular.
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