En este comunicado, se destaca el papel que desempeñan los servicios de inteligencia de los enemigos, y en especial de Estados Unidos, en crear descontento en la sociedad iraní a través de las actividades de sus medios de comunicación, y luego entrar en la fase operativa en el momento adecuado a través de miembros capacitados dentro y fuera del país, según informa IRNA.
En este informe se enfatiza que los servicios de inteligencia occidentales se habían preparado desde hace muchos meses para implementar este proyecto que la muerte de Mahsa Amini y los eventos posteriores, hicieron que la atmósfera fuera propicia para implementar esa operación complicada y a gran escala.
De acuerdo con el informe, entre las gestiones realizadas por la administración terrorista estadounidense, se encontraba el establecimiento de una red denominada Organizaciones de Colaboradores, cuyas aparentes actividades estaban en los derechos humanos y la promoción de la democracia, pero en realidad tenían como objetivo identificar y emplear aquellos que estaban listos y dispuestos, y usarlos como peones para las evoluciones sociales.
En otra parte del informe, se menciona que la organización de los cursos llamados "Entrenamiento de entrenadores para guerras combinadas" son impartidos por el Departamento de Estado de Estados Unidos, que cuenta con todo el apoyo de CIA y de un gran número de instituciones, fundaciones, universidades, y los llamados think tanks no gubernamentales. Además, el régimen sionista usurpador y varios países europeos cooperan con este proyecto bajo la dirección de la CIA.
En el informe también se destaca el presupuesto de 53 millones de dólares estadounidenses para ayudar a esas organizaciones a implementar las órdenes de la CIA y crear insatisfacción y malestar en Irán.
Asimismo se menciona el papel de las redes sociales como Twitter, Instagram y WhatsApp, que ignoraron las reglas y regulaciones internacionales, así como las directivas técnicas y legales, e hicieron todo lo posible para resaltar las noticias falsas, intensificar las dimensiones de la guerra combinada contra la sociedad de habla persa en todo el mundo.
En otra parte del informe, se enfatiza que los recientes disturbios en Irán fueron "la operación más grande destinada a influir" y, en otras palabras, "la guerra mundial de los medios" diseñada e implementada contra la nación iraní. También se reitera que el enemigo no ha logrado ninguno de sus objetivos predefinidos.
Este informe también menciona uno de los planes futuros del régimen estadounidense, cuyo objetivo es destruir la imagen de la nación iraní entre las naciones amigas y vecinas y, en consecuencia, debilitar las políticas de estabilización de la República Islámica de Irán en la región, y trasladar al interior las inseguridades periféricas del país, para lo cual se ha definido un presupuesto especial y se han destinado 353 millones de dólares a la oficina encargada de estos asuntos.
Es interesante notar que la Oficina de Investigación e Inteligencia del Departamento de Estado de EEUU ha destinado 87 millones de dólares de fondos y 394 expertos para hacer frente a la influencia de potencias extranjeras dentro de EEUU.
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