“Basta de odio, noticias falsas, armas y bombas, nuestro pueblo quiere la paz; la disputa electoral terminó, no hay dos Brasiles, somos un único pueblo, una gran nación”, ha aseverado este domingo, el titular brasileño dirigiendo a sus simpatizantes frente al palacio presidencial del Planalto en parte de su discurso de investidura.
En alusión a su antecedente presidencial y logros de su Gobierno, en su discurso inaugural y tras su juramentación en el Congreso de Brasilia (capital), el mandatario brasileño, insistió en que, “Brasil debe estar en la primera línea de la economía global”.
Por tanto, Lula llamó a todo el pueblo brasileño a unirse para luchar contra la desigualdad en el gigante sudamericano sosteniendo: “Juntos necesitamos reconstruir y transformar nuestro país”.
“En mis cuatro años como presidente, trabajaremos todos los días para que Brasil pueda superar el retraso de más de 350 años de esclavitud; para recuperar el tiempo perdido y las oportunidades perdidas en los últimos años para recuperar su posición destacada en el mundo”, apuntó el nuevo presidente.
Lula recordó que ninguna nación puede sobrevivir en condiciones de miseria y por ello prometió rescatar del hambre a 33 millones de personas y de la pobreza a unos 100 millones en total.
Aunque calificó de “destrucción” la labor ejecutada por el Gobierno de Jair Bolsonaro, dijo que no lo anima un espíritu de venganza, aunque sí utilizará la justicia para hacer que se esclarezcan todos los delitos cometidos en estos últimos años.
“Hay que reconstruir la democracia en nuestro país”, expresó Lula. En ese mismo sentido, explicó algunas ideas básicas de lo que será su programa de Gobierno en materia económica, el cual busca la reactivación del país y el impulso del empleo. También prometió acabar con “la vergonzosa fila del desempleo”.
El mandatario dijo que “Brasil debe estar en la primera línea de la economía global” y prometió, por otra parte, alcanzar la “Deforestación cero”, en la Amazonía.
Lula explicó las razones de la creación o rescate de los ministerios que formarán parte de su Gabinete: derechos humanos, mujeres, Justicia, pueblos indígenas y Medioambiente, entre otros.
Es el inicio del tercer mandato del dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) y la consumación de una resurrección política tras su paso por la cárcel, el líder más reconocido de la izquierda latinoamericana, de 77 años, vuelve al poder para terminar con cuatro años del mandato de ultraderecha. La nueva toma de posesión del abanderado del Partido de los Trabajadores ha despertado un gran entusiasmo entre el pueblo y diversos líderes de América Latina.
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