El exfuncionario iraní Alireza Akbari fue ejecutado el sábado por la mañana, condenado por “espiar” para el Servicio de Inteligencia Secreto del Reino Unido (MI6) y por actividades que dieron lugar a la amenaza a la seguridad nacional, según los indicios aprobados y expuestos por el poder Judicial de la República Islámica de Irán. No obstante, Irán ha desmentido que el dicho agente haya llegado a ser “el número dos” de la catera. “Alireza Akbari nunca ha ocupado el cargo de viceministro de Defensa”, ha aclarado este lunes el Ministerio de Defensa de Irán en un comunicado recogido por la agencia local de noticias Tasnim.
Akbari fue condenado a muerte por “pruebas fundamentadas” reveladas sobre su colaboración y el espionaje en favor del Servicio de Inteligencia de Reino Unido, el MI6.
El primer ministro británico Rishi Sonak, por su parte, expresó su conmoción una hora después de la ejecución del espía británico
Sin duda, este vértigo extremo no se debe a la compasión de Londres por los derechos humanos, sino, por la pérdida de su agente, ya que, el convicto fue “uno de los agentes más infiltrados del servicio de espionaje del Reino Unido en los centros sensibles y estratégicos del país”, que fue identificado y arrestado después de un proceso “largo y de múltiples niveles” que incluía “operaciones de engaño” y “contrainteligencia”.
No obstante, la Inteligencia iraní desenmascaró al espía al proporcionarle información falsa y detalló que, aunque el MI6 logró abusar de Akbari “y reclutarlo, seguramente no sabe qué parte de la información obtenida es guiada y engañosa”.
El Ministerio de Inteligencia de Irán ha dicho estar decidida a continuar con sus esfuerzos para identificar a espías y elementos infiltrados del enemigo en todos los niveles del aparato gubernamental y entregarlos a la justicia.
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