"No fomentaremos ninguna acción provocadora que involucre a Filipinas por parte de ningún otro país", declaró Marcos el domingo a periodistas a bordo de un avión rumbo a Washington.
“No permitiremos que Filipinas sea utilizada como base para acción militar alguna”, insistió el lunes Ferdinand Marcos Jr. antes de llegar a Estados Unidos para una visita oficial.
Aunque el gobierno filipino llegó a un acuerdo con Estados Unidos en febrero que le dio acceso a Washington a otras cuatro bases militares clave en su suelo, Marcos insistió en que las bases no se usarían "para atacar a China".
Marcos Jr., quien inició su mandato presidencial en junio de 2022, ha jurado mantener una relación equilibrada con Washington y Pekín, y ha prometido que su país sería “el amigo de todos, el enemigo de nadie”. Pero Estados Unidos busca hacer que Manila se posicione de su parte.
Entre tanto, China, ha acusado a Manila de poner en peligro la paz y la estabilidad en la región Indo-Pacífico al proporcionar a Washington el acceso a cuatro bases militares adicionales en el territorio filipino, tres de las cuales están muy cerca de Taiwán y una está ubicada en la provincia de Palawan, en el disputado mar de la China Meridional.
Estrategas militares creen que el acceso de EE.UU. a bases en Filipinas podría proporcionar a las fuerzas norteamericanas una posición estratégica en caso de conflicto en Taiwán o en el disputado mar de la China Meridional, cuya soberanía es reclamada por el gigante asiático, Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunéi.
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