Los terroristas tenían la intención de llevar a cabo actos de sabotaje, incluido un ataque con explosivos a la tumba del teniente general iraní Qasem Soleimani, excomandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán.
Durante las operaciones, las fuerzas iraníes descubrieron y neutralizaron 43 bombas con alto poder destructivo con capacidad de control remoto.
Según el Ministerio iraní de Inteligencia, las cabecillas de las redes se encuentran en Dinamarca y los Países Bajos.
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