La reforma de ley que restringe los poderes del alto tribunal para anular las acciones del Gabinete de Benjamín Netanyahu que considera irrazonables fue aprobada este lunes en la Knéset, el parlamento del país. Los opositores aseguran que da demasiado poder a los políticos y es una amenaza para la democracia.
Las protestas intensificadas contra la aprobación de la controvertida reforma de ley aprobada que limita el poder del Tribunal Supremo de Israel continuaron hasta bien entrada la noche del lunes con enfrentamientos y arrestos. 32 manifestantes resultaron heridos y 19 tuvieron que ser trasladados al hospital.
Tras casi 30 semanas de protestas contra un régimen israelí más dividido que nunca, el anuncio de miles de reservistas de renunciar a su servicio voluntario, los avisos del empresariado, el sindicato y el presidente estadounidense Joe Biden, una huelga general, los sondeos adversos, la caída del valor del shékel y la subida de la crispación, la Knésset aprobó la primera ley incluida en su plan de la reforma judicial.
Minutos después de la votación, decenas de miles de israelíes renovaron la ola de protestas especialmente en Tel Aviv, Jerusalén y Haifa mientras la Bolsa sufría pérdidas y varios recursos de impugnación eran enviados al TS para que la tumbe.
El polémico proyecto lanzado en enero por la coalición ultraconservadora ha destapado una guerra identitaria que fractura el país en uno de sus momentos más tensos.
10.000 reservistas del Ejército que suspendieron su servicio a modo de protesta, una situación que la oposición ve como un grave peligro para la seguridad del país. Además, cinco rotativos se han publicado esta mañana con la portada en negro a modo de protesta y la inscripción: "un día negro para la democracia israelí". Una iniciativa financiada por empresas de alta tecnologí contrarias a la reforma de ley.
Asimismo, el 73 % de Médicos internos israelíes se suman a las protestas contra el polémico plan de reformas judiciales de Netanyahu y dejan de ofrecer servicio.
Las empresas de alta tecnología, bancos y otros sectores económicos importantes se han unido a estas huelgas, y el sindicato de trabajadores más importante del régimen presiona simultáneamente a las autoridades para que detengan el plan y lleguen a un acuerdo al respecto.
Otros han advertido de que la legislación es un paso hacia el deseo de los ultranacionalistas en el Gabinete de Netanyahu de anexar algunos o todos los territorios ocupados.
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