Esto muestra que no solo las naciones y los gobiernos musulmanes se oponen a la falta de respeto por el Sagrado Corán, sino que las instituciones internacionales y los dignatarios políticos y religiosos de los estados occidentales y no musulmanes también han protestado contra tal acto blasfemo, como se muestra a continuación.
El 3 de julio, el líder de la Iglesia Católica mundial, el Papa Francisco, reaccionó ante la profanación del Sagrado Corán frente a la mezquita principal de la capital de Suecia, Estocolmo, y anunció que quemar el libro sagrado de los musulmanes lo irritaba y disgustaba. También agregó que ningún libro sagrado debe ser profanado, por lo que rechaza la idea de que se permitan protestas blasfemas bajo el pretexto de la libertad de expresión.
El jefe de Política Exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, rechazó categóricamente la quema del Corán, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en la Unión Europea. También anunció que la Unión Europea rechaza enérgica y decididamente "cualquier forma de incitación al odio religioso y la intolerancia", subrayando la importancia del respeto a las demás comunidades religiosas.
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, tampoco ha dejado el insulto sin respuesta. Señaló el hecho de que había recibido una carta del gran clérigo iraquí Ayatolá Ali Sistani sobre el incidente de la quema del Corán en Suecia, diciendo que recibió el mensaje del Ayatolá Sistani y que está muy agradecido por los esfuerzos del Ayatolá y que pronto escribirá una carta en respuesta a la carta.
El presidente ruso, Vladimir Putin, fue uno de los primeros en reaccionar ante la profanación del Sagrado Corán en Suecia. El presidente ruso reaccionó al acto blasfemo en el país europeo, diciendo que la falta de respeto por el Corán es un delito en Rusia, y que la relación entre musulmanes y seguidores de la Iglesia ortodoxa mejora la unidad nacional en el país.
El portavoz y subdirector de información del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, declaró la enérgica condena de China a la profanación del Sagrado Corán y dijo que Pequín siempre se ha opuesto a cualquier tipo de islamofobia y que todas las civilizaciones deben respetarse mutuamente y mostrar paciencia en tratar unos con otros y aprender unos de otros.
El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, con sede en Ginebra, condenó la profanación del Sagrado Corán al adoptar una resolución propuesta por los países islámicos y la agencia de la ONU pidió una investigación sobre el tema, así como un informe del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.
La Asamblea General de las Naciones Unidas con 193 estados miembros adoptó por unanimidad el proyecto de resolución de Marruecos, que condena cualquier violencia contra los libros sagrados como un acto de violación de las leyes internacionales.
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