El sabotaje, cuyo objetivo era dañar el poder de defensa de Irán, fue dirigido por los servicios de inteligencia del régimen sionista y sus agentes globales.
Al respecto, un funcionario de la Organización de Inteligencia del Ministerio de Defensa dijo que debido a la eficacia estratégica del poder misilístico de Irán para crear disuasión contra las amenazas de los enemigos, la industria de los misiles siempre ha estado entre los objetivos de los servicios de espionaje en el campo de sabotaje industrial.
La fuente se refirió a la autosuficiencia del país en el campo del diseño y producción de todo tipo de sistemas y misiles necesarios en diferentes rangos, destacando que en los últimos años se han diseñado e implementado proyectos multicapa de inteligencia y de seguridad bajo el pretexto de comprar piezas para engañar a los servicios de espionaje del enemigo.
Las fuerzas de inteligencia iraníes lograron desmantelar una red totalmente profesional que con la cooperación de algunos elementos infiltrados, pretendía importar piezas defectuosas y equipadas para ser utilizadas en la producción de misiles avanzados en las industrias de misiles del Ministerio de Defensa, agregó.
"Bajo dirección directa del Mossad, esta red, mediante la venta de piezas equipadas, pretendía convertir los misiles producidos en una herramienta explosiva para dañar las líneas industriales y los empleados que trabajan en este campo", señaló, resaltando que a pesar del complejísimo plan del enemigo sionista, esta medida estuvo desde el principio bajo vigilancia operativa y de inteligencia y fue completamente frustrado con el arresto de sus elementos.
El funcionario concluyó que con la implementación exitosa de este proyecto, todas las rutas y actividades del Mossad para el suministro y transferencia de la pieza deseada junto con sus oficiales extranjeros y agentes internos fueron identificadas y puestas bajo el paraguas de inteligencia.
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