El mandatario persa efectuó estas declaraciones en una reunión sostenida este jueves en Teherán con los ulemas (eruditos) élites suníes, durante la cual añadió que después de la desintegración de la Unión Soviética, el único obstáculo para que el sistema arrogante alcanzara sus objetivos fue el mundo musulmán unido.
Añadió que para romper ese gran poder, la arrogancia global intentó generar discordia entre los musulmanes a través de su imperio mediático y de propaganda.
Raisi señaló que formar grupos terroristas takfiris para causar derramamiento de sangre entre los musulmanes, así como insultar las santidades de los musulmanes, particularmente el profeta Mahoma (la paz sea con él) y el Sagrado Corán, son otros planes del sistema de dominación para debilitar la Umma islámica.
En otra parte de su discurso, el jefe del Ejecutivo hizo resaltar que los acontecimientos se están produciendo a favor del frente de la Resistencia y añadió que la situación actual en Palestina no se puede comparar con la del pasado.
Raisi enfatizó que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) tomó decisiones por los palestinos en el pasado, pero los combatientes palestinos actualmente están tomando la iniciativa.
De igual modo, aseveró que la retórica de atacar a Irán ha sido eliminada del lenguaje de las potencias arrogantes "porque el Irán de hoy es diferente y poderoso al Irán de ayer".
En este sentido, agregó que la República Islámica debe su poder a la sangre de los mártires, incluidos los 15.000 mártires suníes, y a la presencia de hombres y mujeres iraníes en diversas escenas políticas.
Raisi insistió que el nuevo orden mundial estaría marcado por el colapso de Estados Unidos y de las potencias arrogantes, concluyendo que las coaliciones y tratados regionales y extrarregionales entre las potencias emergentes, incluidos los BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái, actúan como oponentes al unilateralismo del sistema hegemónico.
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