La República Islámica de Irán, al tiempo que se adhiere a la política de buena vecindad y hermandad entre los dos pueblos y los dos gobiernos de Irán y Pakistán y no permite que los enemigos oscurezcan las buenas relaciones fraternales entre los dos países, considera la seguridad de su pueblo y la integridad territorial del país como su línea roja y espera firmemente que el gobierno amigo y hermano de Pakistán cumpla con sus compromisos de impedir el establecimiento de bases y grupos armados terroristas en el territorio de Pakistán.
En el incidente del martes, el cuartel fronterizo del Ejército de Tierra de la Guardia Revolucionaria Islámica, con sede en la provincia de Sistán y Baluchistán, vio que un grupo terrorista se preparaba para viajar a territorio de la República Islámica de Irán para llevar a cabo otro ataque terrorista como el acto criminal de Rask, y realizó una operación preventiva contra este grupo terrorista en su cuartel y sede en las alturas de la zona y a kilómetros de las zonas residenciales, lo que es parte de las funciones inherentes de las fuerzas fronterizas iraníes para hacer frente a cualquier amenaza terrorista inminente contra el pueblo y los ciudadanos del país de manera "proporcionada".
Insiste en que la cuenta del gobierno amigo y hermano de Pakistán es diferente de la de los grupos armados terroristas y que Irán siempre se adhiere a su política de vecindad y no permite que los enemigos y los secuaces de sus terroristas oscurezcan estas relaciones, especialmente en un momento en que el genocidio y los crímenes del régimen sionista son la cuestión número uno del mundo musulmán.
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