El presidente Masud Pezeshkian, al comienzo de su discurso en la 79ª Asamblea General de las Naciones Unidas, honró la memoria del mártir Ibrahim Raisi, el presidente anterior de Irán. Los puntos principales del discurso del presidente de Irán son los siguientes:
Me propongo sentar las bases sólidas para que mi país entre en una nueva era, desempeñe un papel constructivo y efectivo en el nuevo orden mundial en desarrollo, elimine los obstáculos y desafíos, y reorganice las relaciones de mi país de acuerdo con las necesidades y realidades del mundo actual.
El mundo ha sido testigo durante el último año de la verdadera naturaleza del régimen israelí. Ha visto cómo los líderes de este régimen cometen crímenes y cómo han matado a más de 41.000 personas inocentes en Gaza en los últimos 11 meses, la mayoría de ellos mujeres y niños. Sin embargo, a este genocidio, asesinatos de niños, crímenes de guerra y terrorismo de Estado, lo llaman “legítima defensa”. ¡A hospitales, guarderías y escuelas las llaman “objetivos militares legítimos”! A las personas libres y valientes de Occidente y Oriente que protestan por su genocidio, las acusan de ser “antisemitas”.
Israel es el que ha asesinado a nuestros científicos, diplomáticos e invitados en nuestro territorio y ha apoyado a Daesh y a grupos terroristas, tanto ocultos como públicos. Por el contrario, Irán ha apoyado a los movimientos de liberación y populares, que han sido víctimas de los crímenes y el colonialismo del régimen israelí durante cuatro generaciones.
Estamos al lado de los pueblos de sus países, que se manifiestan en las calles contra las acciones de Israel, y condenamos el crimen contra la humanidad.
La comunidad internacional debe detener la violencia de inmediato y establecer un alto el fuego permanente lo antes posible. La locura salvaje de Israel en Líbano debe detenerse antes de que incendie la región y al mundo entero.
El régimen israelí ha fracasado en Gaza y no puede reconstruir su mito de invencibilidad a través de la delincuencia, la barbarie y los intentos de expandir la guerra.
Los crímenes ciegos y terroristas de los últimos días y la agresión generalizada contra Líbano, que ha dejado a miles de personas inocentes muertas, no quedarán impunes. La responsabilidad de las consecuencias recae sobre los gobiernos que se oponen a los esfuerzos internacionales para poner fin a esta terrible tragedia y que aún se atreven a llamarse defensores de los derechos humanos.
La única manera de poner fin a la pesadilla de la inseguridad de setenta años en Asia Occidental y en el mundo es devolver el derecho a la autodeterminación al pueblo palestino.
Irán nunca ha iniciado ninguna guerra y solo ha defendido valientemente su territorio ante la agresión de otros, haciendo que los agresores se arrepientan.
Irán no ha ocupado territorio de ningún pueblo; no ha codiciado los recursos de ningún país; y ha presentado en numerosas ocasiones planes diversos a sus vecinos y a las comunidades internacionales para lograr la paz y la estabilidad duraderas en la región.
Hemos hablado de la necesidad de una unión regional y de la formación de una "zona fuerte". Una "zona unida y fuerte" se basa en varios principios:
Primero, que aceptemos que somos vecinos y que por la gracia de la vecindad siempre permaneceremos juntos. La presencia de potencias extranjeras en la región es temporal y fuente de inestabilidad.
Segundo, que el nuevo orden regional debe ser inclusivo y beneficiar a todos los vecinos.
Tercero, que los países vecinos y hermanos no deben desperdiciar sus valiosos recursos en rivalidades agotadoras y carreras armamentistas.
Soy el Presidente de un país que en su historia contemporánea ha sido víctima repetidamente de amenazas, guerras, ocupaciones y sanciones. Nunca hemos recibido ayuda de otros, no se ha hecho caso a nuestra declaración de neutralidad, e incluso se ha apoyado a nuestros agresores. Hemos aprendido por experiencia que solo podemos confiar en nuestro pueblo y en nuestras capacidades propias.
La República Islámica de Irán está decidida a asegurar y garantizar su propia seguridad, no a crear inseguridad para otros.
Deseamos la paz para todos y no buscamos la guerra ni la confrontación con nadie.
Exigimos paz y seguridad duradera para el pueblo de Ucrania y Rusia. La República Islámica de Irán, mientras se opone a la guerra y enfatiza la necesidad de detener rápidamente las hostilidades militares en Ucrania, apoya cualquier solución pacífica y cree que solo a través del diálogo se puede poner fin a esta crisis.
La salida unilateral de Trump del acuerdo nuclear (JCPOA) evidenció una visión amenazante en la esfera política.
La política de “máxima presión” se aplicó contra el pueblo iraní en un momento en que Irán, según la Agencia Internacional de Energía Atómica, cumplía con todos sus compromisos bajo el JCPOA.
Estamos dispuestos a interactuar con los miembros del JCPOA. Si los compromisos del JCPOA se implementan completa y genuinamente, se pueden abordar otras cuestiones también.
Me dirijo al pueblo estadounidense: No es Irán quien ha construido bases militares en sus fronteras. No es Irán quien ha impuesto sanciones a su país y ha obstaculizado sus relaciones comerciales con el mundo. No es Irán quien les impide acceder a medicamentos. No es Irán quien les ha bloqueado el acceso al sistema bancario y financiero mundial. No somos nosotros quienes hemos asesinado a sus líderes militares, sino Estados Unidos quien asesinó al más querido general militar iraní en el aeropuerto de Bagdad.
Mi mensaje a todos los gobiernos que han adoptado una estrategia no constructiva hacia Irán es que aprendan de la historia. Podemos superar estas limitaciones y comenzar una nueva era. Esta nueva era comenzará con el reconocimiento de las preocupaciones de seguridad de Irán y la colaboración en asuntos de interés común.
La privación del acceso a medicamentos vitales no solo es una flagrante violación de los derechos humanos, sino también un crimen contra la humanidad.
Nuestra nación, a lo largo de los años, ha demostrado su resistencia ante la opresión y la injusticia, soportando las dificultades impuestas por las sanciones.
Las sanciones nos han convertido en una nación más fuerte, con una voluntad de acero y confianza en sí misma.
Irán está dispuesto a construir un mundo mejor con las potencias mundiales y sus vecinos, manteniendo relaciones económicas, sociales, políticas y de seguridad efectivas y desde una posición de igualdad. La respuesta adecuada a este mensaje de Irán no es la imposición de más sanciones.
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