Imamoglu, detenido el miércoles por la mañana bajo acusaciones de “terrorismo y corrupción”, permaneció bajo custodia policial el jueves.
Mientras la oposición, tanto dentro como fuera de Turquía, ha criticado duramente las acusaciones, tachándolas de políticamente motivadas al dirigirse contra un rival clave de Erdogan y posible candidato presidencial, las autoridades turcas han desestimado las críticas. Rompiendo su silencio de más de 24 horas, Erdogan negó el jueves cualquier interferencia política en el poder judicial.
“Si dijeran que no hay robo, corrupción, irregularidades, injusticias ni relaciones oscuras y complicadas en el municipio… podríamos discutirlo y debatirlo”, declaró Erdogan durante un discurso televisado en Ankara. “Pero no lo dicen; no pueden. Porque ellos mismos saben mejor que nadie que todo esto, y mucho más, es cierto y real”.
Debido a una orden de confidencialidad sobre la investigación, los detalles del proceso de detención siguen siendo inciertos. No obstante, medios de comunicación turcos, citando fuentes policiales anónimas, informaron que, hasta la mañana del jueves, aún no se había tomado declaración a Imamoglu.
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