Craig Kafura, director de Opinión Pública y Política Exterior del Consejo de Asuntos Globales de Chicago, declaró la semana pasada sobre el impacto de esta filtración: “Creo que este escándalo afectará negativamente la percepción pública de los europeos hacia Estados Unidos”.
El analista, citando a expertos en temas políticos y de seguridad, señaló: “El intercambio de inteligencia entre EE.UU. y sus socios más cercanos está tan arraigado y ocurre en múltiples niveles burocráticos que es poco probable que se detenga debido a este bochornoso incidente”.
Sin embargo, según Dan Shapiro, exembajador de EE.UU. en Israel (durante el gobierno de Barack Obama), opinó que las preocupaciones reales sobre la confiabilidad de Trump en círculos diplomáticos y de inteligencia se convertirán en un asunto serio.”
También, Shapiro enfatizó que esto se suma a las preocupaciones existentes entre los aliados de EE.UU. sobre el manejo irresponsable de Trump de la información clasificada, las tendencias aislacionistas de su gobierno, alejándose de antiguos aliados y su relación amistosa con Vladimir Putin, presidente de Rusia.
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