En respuesta a la insistencia de Washington en intensificar las sanciones unilaterales, el Ministerio iraní señaló que, tras la carta del presidente estadounidense al Líder Supremo de Irán y la apertura de diálogos indirectos, el país ha participado en tres rondas de conversaciones con “buena fe” y basadas en principios claros. Estos incluyen el derecho al uso pacífico de la energía nuclear y el levantamiento de las “sanciones injustas” contra el pueblo iraní.
El texto subraya que Teherán “no aceptará bajo ninguna circunstancia” medidas coercitivas que violen la Carta de la ONU y el derecho internacional, calificándolas como un intento por socavar los intereses nacionales y los derechos humanos de los iraníes.
Además, condenó enérgicamente las presiones a socios comerciales de Irán, argumentando que tales acciones solo profundizan la desconfianza hacia la “seriedad diplomática” de EE.UU.
El comunicado concluye con una advertencia: la continuación de estas prácticas ilegales no modificará la postura “legítima y legal” de Irán, y reitera que repetir “estrategias fallidas” solo generará nuevos fracasos. La declaración refuerza el mensaje de que, pese a las tensiones, Irán mantendrá su enfoque en una solución negociada que garantice sus derechos soberanos.
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