Según reportes de la red Al-Masirah, los bombardeos afectaron el aeropuerto internacional de Saná, la fábrica de cemento de Omran y las estaciones eléctricas.
Equipos de Defensa Civil lograron controlar el 90% de los incendios en el aeropuerto, pero persisten focos activos en otras instalaciones.
Las autoridades yemeníes acusan a Israel de lanzar “al menos 15 ataques”, mientras Tel Aviv justificó la operación alegando que el aeropuerto era usado por Ansarolá para “transporte de armas”.
El ejército israelí afirmó haber “inutilizado completamente” el aeropuerto y destruido hangares, aviones e instalaciones civiles, ampliando después los blancos a "varias plantas de energía". Estos ataques ocurren en medio de la creciente tensión regional por los choques entre fuerzas yemeníes e Israel, por genocidio que está en curso en Gaza.
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