Durante la reunión parlamentaria, el viceministro jurídico de Asuntos Exteriores de Irán, Kazem Qaribabadi, presentó un informe detallado sobre la cuarta ronda de diálogos, destacando que Teherán mantuvo su postura firme en los principios clave.
Subrayó que el enriquecimiento de uranio es una “línea roja” no negociable y denunció las “contradicciones” de Washington al imponer sanciones mientras habla de diálogo.
Qaribabadi enfatizó que el programa nuclear iraní está vinculado al “orgullo nacional” y a necesidades energéticas, como el reactor de Teherán. Criticó las exigencias estadounidenses de cesar el enriquecimiento y advirtió que, de persistir, Irán podría abandonar las negociaciones hasta que EE.UU. reconozca sus derechos y levante las sanciones.
Los parlamentarios iraníes respaldaron la postura del gobierno, exigiendo una respuesta “contundente” a las amenazas de EE.UU. y proponiendo reforzar la diplomacia mediática. Algunos incluso plantearon suspender los diálogos hasta que Washington cambie su actitud, reflejando el escepticismo general hacia las promesas estadounidenses.
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