La rabia por la muerte de un adolescente de 17 años, a manos de la policía francesa, se extiende por el país y deja escenas de mucha violencia, con edificios incendiados y 249 policías heridos. Las protestas se han extendido casi por toda Francia, iniciadas este martes tras la muerte a tiros de Nahel, de origen argelino, en Nanterre, a las afueras de París, la capital, donde el joven de 17 años se negó a detener su coche a petición de agentes. Tras un récord de 13 muertes por disparos de agentes policiales en Francia durante controles de tráfico el año pasado, este es el segundo episodio mortal en estas circunstancias en 2023.
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