Teherán, IRNA - El Ministerio iraní de Exteriores denunció en un comunicado difundido el lunes la sospechosa presencia del embajador del Reino Unido en las recientes concentraciones ilegales de Teherán, describiendo su comportamiento como poco profesional.

A su vez, la declaración también criticó las inmaduras explicaciones de los oficiales británicos sobre ese asunto.

El ministerio condenó las declaraciones efectuadas por el primer ministro del Reino Unido, así como por los secretarios de Exteriores y de Defensa, considerándolas como “inaceptables”.

Los responsables británicos se habían referido  al crimen del presidente de EEUU Donald Trump  al ordenar el asesinato del comandante del CGRI, el teniente general Qasem Soleimani y del comandante de las Unidades de Movilización Popular iraquí (PMU) Abu Mahdi al-Mohandis.

La presencia del enviado del Reino Unido en una manifestación local supone una flagrante intervención en los asuntos internos del país y es contraria a los principios y normas diplomáticas, según el comunicado.

Esos comentarios podrían interpretarse como un apoyo del Reino Unido y su propia contribución a la ya fallida política de EEUU de ejercer la máxima presión sobre Irán.

Respecto a las declaraciones del secretario de Exteriores británico amenazando a Irán con imponer nuevas sanciones, el ministerio señaló que parece claro que Londres sigue sufriendo alucinaciones anti iranés basadas en cálculos incorrectos y peligrosos, pretendiendo incrementar las tensiones, tanto en la región como en sus relaciones con Irán

Cualquier error por parte del Reino Unido recibirá una severa y apropiada respuesta, de la cual serán responsables de todas las consecuencias, añadió.

El Ministerio de Exteriores iraní recordó asimismo la historia colonialista del Reino Unido en la región de Oriente Medio, lamentando que hace tiempo los embajadores británicos acostumbraban a interferir en los asuntos internos de otros países y sembraban discordias avivando las llamas de los problemas domésticos.

Gran Bretaña debería detener esos comportamientos escandalosos y admitir que el período en el que el sol nunca se ponía en los territorios británicos hace décadas que se acabó.

El pueblo iraní, a pesar de todas las diferencias ideológicas y preferencias, nunca aceptará la intervención extranjera, especialmente de aquellos gobiernos cuya historia está plagada de colonialismo y de apoyo a los dictadores de la región.

Los iraníes tampoco olvidarán nunca que fue el gobierno británico el principal proveedor de armas a los asesinos de Jamal Khashoggi y de los niños masacrados en Yemen.

Por ello, el Ministerio de Exteriores urgió al fin inmediato de las injerencias de la embajada británica en Teherán y a las medidas provocadoras, advirtiendo que no se conformará con solo convocar al embajador si tales acciones persisten.

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