Hace 9 días, la revista satírica francesa Charlie Hebdo volvió a publicar ofensivamente las controvertidas caricaturas del Profeta del Islam que ya había publicado hace cinco años, razón por la cual el Líder Supremo de la Revolución Islámica, el Ayatolaá Jamenei emitió un mensaje en el que se leía:
El gran e imperdonable pecado cometido por una publicación francesa al insultar la luminosa y sagrada efigie del Sumo Mensajero (con él y su familia las bendiciones de Dios) ha vuelto a dejar patente la enemistad y el odio viles de las estructuras políticas y culturales del mundo occidental respecto al Islam y a la comunidad de los musulmanes. El pretexto de la libertad de expresión aducido por algunos políticos franceses para no condenar ese gran crimen es totalmente inaceptable, erróneo y demagógico. La causa de este tipo de actos hostiles es la política profundamente anti islámica de los sionistas y los Gobiernos de la Arrogancia, que se manifiesta cada cierto tiempo. En este momento concreto, ese acto puede tener además la motivación de desviar la atención de los pueblos y Gobiernos de Asia Occidental de los funestos planes que tienen en mente Estados Unidos y el régimen sionista para esta región. Las naciones musulmanas y, en especial, los países de Asia occidental deben, además de mantenerse alerta respecto a las cuestiones de esta sensible región, no olvidar jamás la hostilidad de los políticos y dirigentes occidentales al Islam y a los musulmanes.
Ese acto insultante, reiterado con el pretexto de la libertad de expresión, se produce cuando los gobiernos que alegan defender la libertad de expresión, incluido Francia, no permiten la más mínima crítica al sionismo en su país, y guardan silencio ante los insultos de esa publicación, faltando el respeto a las santidades de mil quinientos millones de musulmanes.
Indudablemente, ese tipo de actos insensatos, que solo alientan el extremismo, se realizan con la anuencia de los gobiernos de esos estados.
Los analistas políticos coinciden que esas acciones son fruto de la pasividad e impotencia de la arrogancia frente al diálogo del despertar mundial y la resistencia islámica, y que esas ofensivas acciones no solo son un insulto a las santidades de los musulmanes, sino que suponen una profanación a todas las religiones monoteístas y profetas divinos.
Según los expertos, el ominoso insulto de Charlie Hebdo es una prueba más de los engañosos planes y medidas adoptadas en los últimos años por el siniestro triángulo formado por EEUU, el sionismo y el frente de Occidente ante la difusión de la cultura y la escuela islámicas, así como fruto de la implementación de la islamofobia en Francia.
Obviamente, la formación y el fortalecimiento de grupos terroristas en nombre del Islam, los reiterados insultos a la personalidad del Profeta Muhammad (PB), así como la distorsión de la imagen del Islam, la profanación del libro sagrado de los musulmanes, el Sagrado Corán, la producción de películas y animaciones insultantes, etc., son una parte de las medidas denominadas culturales que, junto con las acciones militares, políticas y económicas, como el terrorismo, las sanciones, la sedición, la guerra, el apaciguamiento y la negociación, pretenden impedir que los musulmanes prosigan el camino del progreso y la civilización humana transmitiendo el mensaje de paz y amistad del Islam genuino de Muhammad a los corazones limpios.
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