Piltan explicó que, lamentablemente, los problemas políticos y los disturbios que han alterado la seguridad en Siria provocaron una caída del volumen comercial entre ambos países.
El comercio entre Irán y Siria rondaba los 550 millones de dólares hace diez años, de los cuales, dijo, 520 millones correspondían a las exportaciones iraníes, y 30 millones a las exportaciones sirias.
Tras el aumento de las relaciones entre los dos países el año pasado, las transacciones comerciales alcanzaron los 170 millones de dólares, destacó.
Entre los principales artículos exportados a Siria figuran los repuestos de automóviles, diversos medicamentos, barras de acero e hierro, tuberías y perfiles, turbinas de gas, leche en polvo, pistachos, válvulas, carbonato de sodio y levadura.
Piltan añadió que las empresas iraníes también cuentan con servicios técnicos y de ingeniería valoradas en unos 2.200 millones de dólares, incluidos el lanzamiento de una línea de producción de automóviles, la instalación de postes de electricidad, unidades de tratamiento de aguas, una planta de refinación de aceite mineral, la construcción de puentes, fábricas de producción de almidón, la construcción de una refinería, una fábrica de cemento, una fábrica de vidrio, el diseño y producción de transformadores y la construcción de una fábrica de harina.
El director destacó asimismo la firma del acuerdo de libre comercio entre Irán y Siria y la voluntad de las autoridades para desarrollar la cooperación comercial, sin olvidar las similitudes culturales y religiosas o la información a ambos lados sobre las respectivas capacidades e instalaciones.
Piltan subrayó que el establecimiento de nuevos centros comerciales impulsados por el sector privado, y especialmente la Cámara de Comercio Conjunta, representan un paso muy importante para aumentar los intercambios comerciales.
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