El embajador, cuya intervención del lunes ante la segunda sesión de la Conferencia sobre el establecimiento de una zona libre de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva en Oriente Medio se resume a continuación, recordó que Irán se había adherido desde siempre a los instrumentos internacionales que prohíben esas armas. Teherán impulsó en 1974 la propuesta para el establecimiento de una zona libre de armas nucleares en Oriente Medio; también forma parte del Tratado de No Proliferación de armas nucleares (TNP), la Convención sobre armas biológicas, la Convención sobre armas químicas y el Protocolo de Ginebra de 1925, y essignatario del Tratado para la Prohibición de los Ensayos Nucleares, así como de un acuerdo de salvaguardas con la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA).
Por otro lado, el Ayatolá Jamenei ha manifestado en varias ocasiones, incluido en su mensaje ante la Conferencia Internacional sobre Desarme Nuclear y No Proliferacióncelebrada en Teherán en abril de 2010 que: “Consideramosque, además de las armas nucleares, hay otros tipos de armas de destrucción masiva, como las armas químicas obiológicas, que también representan una seria amenaza para la humanidad. La nación iraní, que fue víctima de armas químicas, conoce más que cualquier otra nación eldaño causado por la producción y almacenamiento de esas armas. Consideramos que el uso de esas armas es Haram (prohibido, en la terminología religiosa), y pensamos que todos deben trabajar para proteger a la humanidad contra este gran desastre”.
La resolución adoptada por la Conferencia de Revisión y Prórroga Indefinida del TNP de 1995 instaba al establecimiento de una zona libre de armas de destrucción masiva en Oriente Medio que pudiera verificarse de manera efectiva. También exhortaba a todos los miembros del TNP, en particular a los países que disponen armas nucleares, a que ampliaran su cooperación y realizaran mayores esfuerzos para lograr ese objetivo.
Tras los sucesivos fracasos, numerosos observadores internacionales consideran que la exitosa convocatoria de la 1ª Conferencia de la zona libre de ADM en Oriente Medio supuso un punto de inflexión al contar con laparticipación de 23 países de la región, excepto el régimen israelí, y cuatro Estados con armas nucleares (China, Francia, Rusia y Reino Unido), así como las organizaciones internacionales pertinentes. Alegando que la región no estaba preparada para abordar ese tema, el régimen israelí y EEUU decidieron no asistir a la conferencia y optaron por boicotearla.
Israel debe adherirse a todos los instrumentos internacionales jurídicamente vinculantes relacionados con ese asunto. Sobre todo, al TNP; sin condiciones previas ypermitiendo que todas sus instalaciones y actividades nucleares sean supervisadas por la AIEA.
El continuo apoyo de EEUU a Israel, incluido su aprobación a su peligroso programa de armas nucleares haimposibilitado la materialización de una zona libre de esas armas en Oriente Medio.
Indudablemente, será un proceso largo que requerirá muchas negociaciones sobre una serie de cuestiones. Entre ellas:
1. El consenso como único método de trabajo; y cualquier condición previa para la participación en la Conferencia o para el establecimiento de dicha zona no debe ser admitida.
2. El rechazo de EEUU e Israel a participar en la Conferencia es un obstáculo para su éxito (…). Es imperativa además la activa participación de todos los Estados que disponen armas nucleares.
3. La garantía jurídica incondicional, no discriminatoria, efectiva e irrevocable de todos los demás Estados poseedores de armas nucleares a todos los países de la región contra las amenazas o el uso de armas nucleares en cualquier circunstancia, un requisito esencial.
4. El tratado que se va a negociar debería abarcar únicamente las armas nucleares, biológicas y químicas.
5. Es fundamental que se establezca un sistema de verificación eficiente. Debemos aprovechar los actuales mecanismos (…), y si bien existen sistemas acordados e implementados en el campo de las armas nucleares y químicas, no existe uno similar en materia de armas biológicas.
Irán reitera su ofrecimiento a trabajar en la medida de lo posible por esa causa.
A pesar de que algunas delegaciones sugirieroninjustificadas preocupaciones por el programa nuclear iraní, su carácter pacífico ha sido confirmado en numerosas ocasiones por la AIEA. Y resulta lamentable que se utilice para distraer la atención de la verdadera amenaza para la región que supone el programa de armas nucleares de Israel.
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