En su intervención, Ghashghavi recordó la reciente condecoración recibida por Rodríguez de parte del Ministerio de Ciencia, Investigación y Tecnología, que le nombró “iranólogo distinguido”, e hizo un repaso a su trayectoria en el campo de los estudios persas, que dividió en cuatro apartados: islamología, lengua y literatura árabes, lengua y literatura persas e historia de la literatura persa. Sobre la imbricación de estos cuatro campos, el embajador habló sobre la importancia de la traducción de obras literarias del Irán preislámico del pahlaví al árabe, y luego del árabe al español así como de la influencia del árabe y su literatura en la persa, y citó algunos poemas de Hafez y Sa’dí a modo de ejemplo. El embajador habló de la importancia de la contextualización de los textos literarios y de la poesía en la historia, y destacó el dominio de Rodríguez tanto en la lengua como en la literatura persa. “Su elección como ‘iranólogo distinguido’ no es ninguna exageración, además de que ha sido una elección tomada en consenso entre el Ministerio de Ciencias, Investigación y Tecnología de Irán y las universidades de Sofía (Bulgaria), de Polonia y la iraní de Allameh Tabatabaei”, sentenció.
Ghashghavi se mostró esperanzado en que mediante el esfuerzo de personas como Rodríguez y sus alumnos y con el apoyo de la embajada y de las autoridades iraníes puedan abrirse en las universidades españolas departamentos de Estudios Persas ya que “se trata de algo que desean las autoridades de España e Irán”. Dicho esto, el diplomático iraní recordó cómo hace tres años, al entregar sus credenciales de embajador ante el rey de España, Felipe VI, éste insistió en las relaciones culturales y universitarias, para a continuación abordar las relaciones económicas. “Esto mismo ocurrió en el encuentro con el presidente de Irán, Reisi, para la entrega de credenciales del embajador de España, en el que nuestro presidente de lo primero que habló fue de promover las relaciones culturales y universitarias”, explicó.
Para terminar el embajador volvió a felicitar a Rodríguez y terminó refiriéndose a él como “un puente entre dos culturales, dos lenguas y dos civilizaciones”.
Seguidamente tomó la palabra Mohammad Mahdi Ahmadi, consejero cultural de Irán en España, que explicó que para mejor conocer el “valor del trabajo del doctor Rodríguez hecho para la lengua y cultura persas sería mejor dividirlo en cuatro apartados, siendo así que nos encontramos aquí con cuatro Joaquín Rodríguez distintos: el Joaquín filólogo, el Joaquín traductor, el Joaquín iranólogo y el Joaquín profesor”. A continuación el diplomático de Cultura desgranó cada una de las facetas mencionadas y manifestó sobre su primera faceta que “Rodríguez se doctoró en el Departamento de Filología Árabe y Estudios Islámicos de la Facultad de Filología de la Universidad Complutense, por lo cual es más que nada alguien que ha estudiado esta rama para acceder a un conocimiento profundo de la lengua que comenzó a estudiar a los veinte años, el persa”. Ahmadi incidió asimismo en el conocimiento de Rodríguez de lenguas de la India “lo cual es importante en el sentido de que no sólo conoce la lengua persa sino también la etimología de las palabras y las lenguas que han influido en la configuración del persa moderno, y es por eso que su obra, Gramática general del persa moderno, es una referencia importante para todo alumno de persa de lengua española”.
Sobre la faceta de traductor, Ahmadi declaró que se dice que el buen traductor es aquel que tiene dominio de la esencia y los matices tanto de la lengua origen como la de destino. “Joaquín es un traductor que cumple con este criterio” sentenció para justificarlo por el dominio que tiene el condecorado de los textos en prosa y verso tanto de la literatura clásica persa como de la española “siendo esta la razón de que sus traducciones del persa al español sean bellas y excelsas, siendo así que él tanto en La rosaleda de Sa’dí como el Qabusname de Keykavus se esforzó en trasladar ambiente literario y narrativo de tal manera que el hispanohablante palpe el ambiente y los matices de la lengua original, y es por eso que su trabajo no tiene parangón, en particular cuando sabemos que él es el único que ha traducido del original al español grandes obras clásicas de la literatura persa, lo cual convierte en doblemente importante su labor”.
La tercera que faceta que abordó Ahmadi fue la de la iranología, sobre la que dijo que “Rodríguez, además de sus vastos conocimientos de literatura clásica persa, tiene un conocimiento preciso de la historia del Irán preislámico, islámico y contemporáneo así como de la mitología y de los símbolos de la cultura persa”.
La última faceta que abordó el consejero cultural fue la de profesor, de la que dijo que Rodríguez “ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo a la enseñanza del persa a españoles y no creo exagerar si digo que para él la enseñanza de la lengua y cultura persas ha adquirido un valor particular en la vida”, sentenció. “El aliciente y la energía del doctor Rodríguez a la hora de organizar de manera metódica y a su tiempo las clases de persa así como sus esfuerzos continuos en dar a conocer esta lengua y su cultura a la sociedad española no tienen igual, de tal forma a pesar de que el persa se enseña también en universidades como la Complutense y la Autónoma de Madrid, las clases que se imparten en la consejería cultural de la embajada de Irán bajo el visto bueno de Rodríguez son completamente diferentes”, explicó en referencia al nivel alcanzado en la consejería cultural, un B3, nunca visto en España.
Ahmadi señaló que Rodríguez hace años que desde su puesto en la consejería dedica una parte de su jornada a la enseñanza de esta lengua así como a la preparación del material, con lo cual colabora con la Fundación Sa’dí, una especie de instituto Cervantes, pero de la lengua persa.
A continuación tomó la palabra el homenajeado, que tras agradecer al embajador y al consejero la organización de este acto hizo una somera descripción del largo recorrido hecho hasta la fecha, del que dijo que “no ha sido un camino fácil pues desde el principio se trataba de un camino cerrado que se ha tenido que ir desbrozando”. Rodríguez explicó que cuando comenzó a estudiar persa no había en España ningún centro ni universidad que lo impartiera, a excepción de una asignatura de lengua persa bajo los auspicios del Departamento de Árabe de la Autónoma de Madrid. “Esta situación de la lengua y persa y de los estudios del mundo iranio en España es diametralmente opuesta a la situación del resto de casi todos los países occidentales, en los que existen estos estudios desde hace décadas, y, en algunos casos, hace más de dos siglos”, apostilló para contar que él de todas formas a los veinte pocos años sabía que su camino en la vida era la lengua persa y lo que la rodea, pero que, al no existir Filología Persa, tuvo que elegir la Filología “más relacionada” que era la Filología Árabe, pero que aunque oficialmente sea doctor en esta rama de estudios se considera ante todo un iranólogo.
Rodríguez recordó los primeros cursos de persa que impartió cada año en la universidad de Sevilla con el apoyo del decanato de Filología, de 1996 a 2004, donde el éxito fue rotundo ya que se matricularon un mínimo de 70 y un máximo de 153, lo cual causó el asombro de los mismos profesores de árabe de Sevilla.
Seguidamente Rodríguez habló del papel que ha tenido y tiene la consejería cultural de Irán en la promoción de la enseñanza de la lengua persa en las universidades españolas. “Fruto de estos esfuerzos es que se está sembrando el persa en distintas universidades, y así se ha logrado implantar en la Complutense, en Vigo, Barcelona y Salamanca, bien como asignatura del plan de estudios bien como curso independiente”. En la universidad de Alicante también se imparte el persa como una asignatura y hay además un seminario permanente de iranología, explicó.
Otro de los “eventos importantes” propiciado por la consejería cultural iraní fue la creación de la Sociedad Española de Iranología en el año 2009, señaló. “Pese a todo, en España seguimos sin tener un Departamento de Estudios Persas o Filología Persa, algo que lamento profundamente como académico y como ciudadano español”, apostilló para seguidamente recordar las palabras con las que comenzó su discurso, diciendo que “en la década de los 80 del siglo pasado, cuando inicié esta andadura, el camino de la Academia para el aprendizaje del persa estaba cerrado, y hoy, a finales del año 2021, desgraciadamente sigue cerrado”. Con todo, Rodríguez se mostró esperanzado con el futuro de estos estudios en España pues “a día de hoy, con la puesta en marcha de los cursos que aquí se han comentado se ha podido paulatinamente crear núcleos de alumnos y amantes de la lengua persa” y se refirió a los cursos de la consejería, de los que aseveró no se matriculan menos de 40 cada año, y puso énfasis en los 60 que este año se ha alcanzado en la Universidad de Salamanca.
Rodríguez concluyó sus palabras diciendo: “Todo esto hace que estemos esperanzados en el futuro, aunque somos conscientes de que nos queda un largo y tortuoso camino dificultado sobre todo por las trabas burocráticas; hay que tener claro, y no se incurre en exageración en ello, que los Estudios Islámicos en España no sólo cojean sino que en según qué áreas están paralíticos pues lamentablemente el arabismo español no sólo suele ignorar a Persia del tablero de la cultura musulmana clásica sino que cuando aborda el mundo iranio, suele hacerlo como tributario de la cultura árabe, lo cual es obviamente de risa”.
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