“Hoy se cumple el décimo aniversario del martirio de una de las eminencias de mi país, el Dr. Ahmadi Roshan, un incansable científico en la promoción y difusión del conocimiento nuclear con fines pacíficos. El asesinato de los científicos no quedará impune, pues se trata de una grave violación de los Derechos Humanos”, tuiteó Kazem Qaribabadi el martes.
En los últimos años, los científicos nucleares iraníes han sido el principal objetivo en los intentos de asesinato de las agencias de espionaje occidentales e israelíes.
Nacido el 8 de septiembre de 1979 en Hamedán, el mártir Mostafá Ahmadi Roshan viajó a la edad de 19 años a Teherán para estudiar Ingeniería Química en la Universidad Sharif.
Cuatro años más tarde, tras licenciarse, Ahmadi Roshan prosiguió sus estudios hasta doctorarse en Nanobiotecnología y empezó a trabajar en la Organización de la Energía Atómica de Irán (OEAI).
El 11 de enero de 2012, cuando contaba con 32 años y trabajaba en la central nuclear de Natanz, Ahmadi Roshan fue asesinado junto a su chófer tras la explosión de una bomba lapa colocada en su coche.
Por otro lado, Masud Alimohamadi, un excatedrático de la Universidad de Teherán, también fue asesinado la mañana del 12 de enero de 2010 al salir de su casa, cuando estalló una motocicleta frente a su domicilio en el norte de Teherán.
Entre 2010 y 2012, cuatro científicos nucleares iraníes, Masoud Alimohammadi, Mayid Shahriari, Darioush Rezaeinejad y Ahmadi Roshan, fueron asesinados, y otro más, Fereydoon Abbasi, resultó herido tras sufrir un atentado.
En junio de 2012, Irán anunció que sus fuerzas de inteligencia habían identificado y arrestado a todos los elementos terroristas involucrados en el asesinato de los científicos nucleares.
Y el último caso, Mohsen Fajrizadeh, director de la Organización de Investigación e Innovación Defensiva del Ministerio de Defensa iraní, fue asesinado el 27 de noviembre de 2020.
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