Nueva York, IRNA- El embajador y representante permanente ante las Naciones Unidas, Mayid Tajt-e Ravanchi, declaró que las sanciones unilaterales impuestas contra el pueblo iraní, incluidas aquellas que vetan la ayuda médica y humanitaria, representan un crimen contra la humanidad.

Aquellos países que se permiten imponer sanciones arbitrariamente no deben quedar impunes, declaró durante la sesión de las Naciones Unidas del martes en Nueva York.

Esas restricciones tan agresivas y unilaterales suponen una flagrante violación de los derechos internacionales, añadió.

Todas las sanciones, ya sean unilaterales o multilaterales, tienen un grave y negativo impacto sobre la gente común y afectan a los más desfavorecidos, los ancianos, los niños y las mujeres, explicó.

Y en épocas de pandemias, como la actual del COVID-19, las sanciones han puesto gravemente en peligro la vida y la salud de la gente normal, subrayó Tajt-e Ravanchi.

El enviado lamentó por otro lado que los responsables del Consejo de Seguridad de la ONU se hayan dejado manipular repetidamente por algunos países que solo persiguen sus propios intereses políticos ilegítimos ejerciendo la máxima presión sobre las naciones en desarrollo.

Ese comportamiento supone una clara violación de la Carta de la ONU y de los derechos internacionales; y también es una señal de la falta de respeto al poder y la autoridad del Consejo de Seguridad, señaló Tajt-e Ravanchi.

Desde hace varias décadas, la República Islámica de Irán ha sido objeto de las sanciones económicas de EEUU más duras y sin precedentes en la historia, recordó, añadiendo que han afectado directamente a las personas más vulnerables, como los niños, pacientes y ancianos.

La ilegitimidad de esas medidas inhumanas también ha sido denunciada por el relator especial de la ONU, el cual advirtió que los derechos humanos de los civiles no deberían utilizarse como una herramienta para presionar políticamente a un país.

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