Las negociaciones entre Irán y el G4+1 para alcanzar un acuerdo sobre la plena implementación del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA) siguen en marcha. Sin embargo, a pesar de que ha habido un significativo progreso, todavía quedan algunos temas muy importantes, que principalmente están pendientes de las decisiones occidentales, por lo que las conversaciones todavía están lejos del final.
Según el corresponsal, no solo no está clara la posibilidad de llegar a un acuerdo, sino que en estos momentos, la capacidad de lograrlo es exactamente igual a la de no conseguirlo, pues todavía quedan algunas exigencias iraníes relacionadas con las contrapartidas prácticas del acuerdo, y que en caso de incumplirse, no habrá acuerdo.
Recientemente, el presidente Seyyed Ebrahim Raisi insistió en conversación telefónica con su homólogo francés, Emanuel Macron, que cualquier acuerdo debía incluir “el levantamiento de las sanciones”, “la garantía de que no se violará de nuevo” y “el cese de las cuestiones y reclamaciones políticas”.
Las conversaciones aun no han llegado a la línea de meta; faltan las cuestiones que en cierto modo son las líneas rojas de la República Islámica y que se encuentran en un punto equidistante ante la falta de cooperación de EEUU.
El equipo negociador iraní, defendiendo los beneficios económicos del acuerdo, ha insistido en el principio de la implementación total y no parcial del JCPOA, así como la eliminación de las ambigüedades del mismo.
Ahora, los esfuerzos se centran en el objetivo de que los occidentales no se guarden algunas cuestiones que en un futuro podrían volver a asfixiar a Irán, como acabar con las afirmaciones de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, y que no vuelvan a tomar como rehén la implementación del posible acuerdo.
Además, no hay noticias nuevas sobre el “JCPOA Plus”, aunque el equipo iraní ha logrado mantener las líneas rojas establecidas.
Mientras tanto, se suceden las especulaciones sobre si hay acuerdo o no. Lo que está claro es que la posibilidad de lograrlo sigue igual que hace unos meses. Pero eso no significa una confirmación. La experiencia por el comportamiento de Occidente sustenta lo mencionado. Por lo tanto, la discusión sobre el posible acuerdo debe basarse en las posibilidades reales existentes. Ningún medio de comunicación, ni siquiera los propios diplomáticos o los negociadores pueden informar unilateralmente sobre las cuestiones en disputa.
Ahora mismo, las cuestiones restantes son tan importantes que pueden determinar el futuro de un acuerdo cuyas características principales son:
Acuerdo en el marco de la Comisión Conjunta
Cualquier acuerdo se enmarcará en la Comisión Conjunta del JCPOA e incluirá los tres ejes principales planteados en todas las negociaciones: Las demandas iraníes sobre la eliminación de los embargos, las preocupaciones de la otra parte sobre las actividades nucleares de Irán y en caso de alcanzar un acuerdo, cómo se implementaría.
La implementación condicional del posible acuerdo
La implementación estará práctica y naturalmente condicionada, pues reconfirmará la posibilidad de invocar al artículo 26 del JCPOA sobre la interrupción parcial o en su totalidad de la implementación del acuerdo. Esa sería una garantía esencial para la supervivencia y efectividad del acuerdo, pues permitiría a Irán restaurar rápidamente su capacidad nuclear en caso de que los demás violaran el pacto.
Desde que el 13º gobierno asumió el poder, siempre ha insistido en la necesidad de alcanzar un acuerdo creíble y duradero. Un acuerdo fidedigno es aquel que todas las partes implementan plena y prácticamente. Sin embargo, EEUU no tiene un buen historial en ese sentido, ni en el pasado, ni actualmente. Por ello, y con el objetivo de lograr la eliminación efectiva de los embargos, una cuestión importante del acuerdo, Teherán señala que es necesaria la verificación, uno de los temas sobre el que se ha avanzado significativamente.
Verificación operativa y legal
El proceso de verificación abarcará los aspectos operativos y legales, simultáneamente con la implementación de las distintas decisiones de la Comisión Conjunta. Además, EEUU no formará parte del JCPOA ni de la Comisión Conjunta hasta que cumpla todas sus obligaciones, y después de que Irán haya verificado el levantamiento de las sanciones. Además, para ello se establecerá un periodo determinado.
En pocas palabras, en todas las etapas de la implementación del posible acuerdo, los demás darán el primer paso. Irán no será quien inicie el proceso.
El tema de las garantías ha sido uno de los más espinosos. Los occidentales, especialmente los estadounidenses, al principio lo habían rechazado. En comparación con otros asuntos, esa cuestión se ha negociado con mucha dificultad y lentitud.
Es natural que en el sistema internacional, y ante la anarquía existente, sea imposible confiar en las promesas o garantías de los países. La actitud de EEUU respecto al JCPOA u otros acuerdos internacionales así lo demuestran. La mayor garantía en los contratos y acuerdos políticos entre diferentes estados establecen el equilibrio de poder existente. Es decir, las capacidades de cada país actúan como un factor disuasorio para evitar las crisis.
En consecuencia, la preservación de las garantías inherentes en el acuerdo de Viena puede ser una de las cuestiones más importantes y sólidas para la estabilidad del JCPOA y el compromiso de las partes. Mantener la capacidad de rápida reversibilidad de Irán en el campo nuclear puede ser un sólido pilar para la estructura del acuerdo. El equipo negociador iraní ha conseguido significativos progresos en ese campo. Sin embargo, la garantía inherente no significa ignorar otras garantías. Nuestros negociadores siguen buscando garantías políticas y económicas, y en algunas áreas se ha avanzado.
No abusar del Mecanismo de Resolución de Disputas
En el caso del Mecanismo de Resolución de Disputas, conocido por los medios occidentales como sistema Snapback (o reimposición de sanciones) ha ocurrido algo importante. Los negociadores han acordado comprometerse en ese sentido en el posible acuerdo para desbaratar cualquier abuso de ese mecanismo de forma individual o colectiva.
Se puede afirmar que los negociadores iraníes, en las dos importantes áreas de verificación y garantías, además de eliminar algunos flecos del acuerdo principal, han logrado una mejora para la República Islámica en la medida de lo posible. Eso no supone que haya cambios en el JCPOA, sino que mejora su eficaz implementación.
Alcance del levantamiento de las sanciones
Respecto al levantamiento de las sanciones, además de eliminar todos los embargos reimpuestos durante el mandato de Trump, la otra parte, con el objetivo de que Irán pueda beneficiarse de esa eliminación total, ha aceptado suprimir algunas restricciones que no necesariamente se estipulaban en el pacto nuclear iraní firmado en 2015.
El aumento del potencial de la energía nuclear en el posible acuerdo
Alguna de las demandas de los demás negociadores, especialmente de los occidentales, excedían el JCPOA en materia nuclear. Intentaban reducir sustancialmente la capacidad nuclear iraní en el posible acuerdo, para que la reversibilidad de nuestro programa nuclear se ralentizara y que la consiguiente garantía iraní se viera socavada. Es por eso que los responsables iraníes advirtieron reiteradamente en el pasado que el “Frente Occidental” perseguía compromisos más allá del pacto.
Sin embargo, tras intensas conversaciones, el equipo negociador iraní ha logrado aumentar significativamente los derechos nucleares pacíficos en comparación a cuando EEUU aún no se había retirado del pacto, por lo que en el texto del posible acuerdo se protegerán los avances nucleares logrados durante los años de sanciones.
Mantener los plazos de investigación y desarrollo
Uno de los aspectos más importantes del progreso del programa nuclear iraní ha sido la implementación de medidas en la investigación y desarrollo. Entre otras cosas, Irán, gracias a los esfuerzos de sus científicos, ha dado grandes pasos en la producción de centrifugadoras avanzadas. Y una de las preocupaciones y esfuerzos de los países occidentales era revertir ese progreso, aunque esa demanda se enfrentó a la férrea resistencia del equipo negociador iraní.
Según el corresponsal de IRNA, la investigación y desarrollo de las centrifugadoras avanzadas, así como los plazos de investigación se mantienen de acuerdo con lo estipulado en el JCPOA y, al mismo tiempo, respecto a la producción en serie de esas centrifugadoras, Irán se encuentra ahora en una posición en la que, según el cronograma del JCPOA, no habría podido alcanzar hasta la próxima década.
Preservación de los plazos del JCPOA
Las delegaciones occidentales siempre han reclamado un acuerdo más amplio y prolongado con Irán para mantener las restricciones impuestas, tanto en términos temporales como en los límites del acuerdo. Los occidentales han declarado explícitamente y en repetidas ocasiones que deseaban agregar cuestiones no nucleares en el acuerdo, aunque su empeño siempre se ha enfrentado a la luz roja de Irán.
Por otra parte, Occidente ha tratado de expandir y prolongar la "cláusula de rescisión del JCPOA" para que Irán permaneciera atado. Pero a pesar de las presiones, su objetivo de lograr restricciones nucleares "más prolongadas" no se ha materializado. En consecuencia, las restricciones en el programa nuclear iraní se reducirán a los próximos dos años.
Todas esas características son las exigencias mínimas iraníes en las negociaciones. Y tal como se mencionó anteriormente, será poco probable que se llegue a un acuerdo hasta que no se resuelvan los problemas restantes.
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