Según declaró el miércoles por la noche el principal negociador ruso: “Estamos a un minuto de la meta”. Sin embargo, para superar esa etapa se requiere una firme voluntad y la adopción de medidas para resolver las cuestiones pendientes.
“Estamos muy cerca de la línea de llegada, pero todavía existen algunos problemas que deben resolverse”, añadió Mijail Ulyanov, asegurando que los temas restantes podrían resolverse enseguida y en consecuencia se podría convocar la reunión de la Comisión Conjunta para confirmar el acuerdo final.
Los temas pendientes incluyen algunas de las líneas rojas de Irán; de hecho, están relacionadas con la campaña de “máxima presión” de la administración Trump sobre Irán para destruir el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA). La retirada de EE UU del acuerdo nuclear firmado en 2015 no solo supuso una grave violación del pacto, sino también una acción unilateral injustificada destinada a destruir totalmente el documento aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU (CSNU). Y aunque los países europeos aparentemente se mantuvieron en el pacto, incumplieron las legítimas expectativas iraníes.
En estos momentos, cuando las negociaciones penden de la voluntad política de los occidentales, en lugar de tomar decisiones recurren a la influencia mediática y a tácticas propagandísticas para disuadir a Irán de sus posiciones. En los últimos días, Occidente ha pretendido, a través de la cobertura mediática de los temas relacionados con las salvaguardas del acuerdo nuclear, desvincular esa cuestión de las negociaciones y que Irán renunciara a resolver esos problemas.
En realidad, el tema de las salvaguardas se planteó desde un primer momento formando parte de un proyecto conjunto del régimen sionista y la administración Trump para deslegitimar el programa nuclear de la República Islámica de Irán y de la campaña de máxima presión.
La propagación del rifirrafe mediático fue planteada primero por el primer ministro del régimen sionista, y posteriormente por los medios y negociadores occidentales. “Las salvaguardas son parte integral del sistema de no proliferación y son ajenas al acuerdo nuclear. Siempre hemos rechazado cualquier intento de poner en peligro la independencia de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA)”, tuiteó recientemente la principal negociadora británica Stephanie Al-Haq.
Por su parte, el director general de la AIEA, Rafael Grossi, también comentó ayer que se están realizando consultas con Irán sobre la resolución de las disputas relacionadas con las salvaguardas, y que esas negociaciones no forman parte de las negociaciones de Viena.
Pero la cuestión es que en el centro de esa disputa están las infundadas afirmaciones del régimen sionista que por su naturaleza política persigue la destrucción del JCPOA. La delegación israelí en Viena sigue tratando de impedir que se resuelva este tema. A lo largo de las últimas semanas, los sionistas han intentado insistentemente influir en este asunto, tanto en público como en privado.
Irán mantiene que se requiere una prudencia adicional, mucha perseverancia, creatividad y un enfoque equilibrado antes de dar el último paso. Pero obviamente, para concluir el trabajo los interlocutores occidentales deberán tomar algunas decisiones importantes.
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