El exmandatario brasileño ha arranado su campaña electoral oficializando como precandidato presidencial a cinco meses de los comicios de octubre con el mensaje de “esperanza” y “la mayor revolución pacífica” del país.
“Estamos dispuestos a trabajar no solo por la victoria el próximo 2 de octubre, sino para la reconstrucción y transformación de Brasil, que será mucho más difícil que ganar la elección” efectuó exmandatario en un acto en Sao Paulo.
En este sentido, ha denunciado las políticas de Bolsonaro, entre ellas su “sumisión a los negacionistas” de la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, lo que “ha relegado a Brasil como paria del mundo”, ha agregado Lula.
Lula denunció que "Brasil volvió al Mapa del Hambre de la ONU" y defendió la protección de la Amazonía frente a la política de "devastación" medioambiental de Bolsonaro, que ha llevado a índices de deforestación récord en la Amazonia.
En su discurso, Lula pidió la unión de todos los demócratas para vencer al autoritarismo, y lo ejemplificó con la alianza que ha forjado con un antiguo rival, Geraldo Alckmin, que será su candidato a vicepresidente del Gobierno. Alckmin fue durante años el principal rostro de la derecha moderada en Brasil, y los dos se enfrentaron en las elecciones de 2006, pero ahora, el ex gobernador de São Paulo decidió unirse a Lula ante la urgencia de derrotar a Bolsonaro.
Lula se postula también como favorito en las encuestas, frente a Bolsonaro, e incluso un reciente sondeo indica que el expresidente izquierdista ganaría las elecciones en primera vuelta.