En una breve llamada telefónica mantenida el viernes 24 de junio, Nuri le dijo a su familia que todavía sigue en régimen de aislamiento, a pesar de que en la última sesión judicial, el juez declaró que se levantaron las restricciones en su contra.
De Igual modo, añadió que no se le permite tener acceso a un oftalmólogo a pesar de que sus problemas de visión empeoran.
“En la última sesión judicial, el juez dijo que se levantaron mis restricciones, pero después del final del juicio, mi contacto con mi familia casi se cortó”, denunció Nuri, señalando que solo mantuvo dos llamadas breves con su familia en los últimos 53 días bajo un estricto control y en presencia de un intérprete.
El ex funcionario persa, también, por primera vez, dio detalles de su tortura física por parte de la Policía sueca, afirmando que tres agentes suecos le habían dado fuertes golpes en la cabeza y las orejas, por lo que todavía siente dolor y problemas en los oídos.
Según Nuri, ninguna organización de DDHH ha visitado ni ha hecho seguimiento de su caso, a pesar de su largo tiempo en régimen de aislamiento.
El empleado jubilado del Poder Judicial de la República Islámica de Irán Hamid Nuri, fue arrestado tras su arribo al aeropuerto de Estocolmo (Suecia) en 2019, acusado, según el tribunal sueco, del papel que desempeñó en las ejecuciones de algunos miembros del MKO en 1988.
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