IRNA- La vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, fue condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por supuesta “administración fraudulenta”; un veredicto que ha provocado el rechazo de los líderes y personalidades internacionales.

El Tribunal Oral Federal 2 ha impuesto este martes dicha pena a la expresidenta argentina y la también titular actual del Senado por supuesta causar defraudación al Estado por unos mil millones de dólares en una causa sobre direccionamiento de obras viales en la provincia de Santa Cruz (sur) durante su gestión como presidenta (2007-2015) y la del exmandatario Néstor Kirchner (2003-2007).

Desde el comienzo de la causa, la expresidenta aseguró que la persecución contra ella estaba armada políticamente desde la oposición a la que denomina el “Partido Judicial”, para excluirla de la política nacional. “Es un pelotón de fusilamiento”, definió la exmandataria al tribunal.

Las reacciones a la sentencia

El presidente de Argentina, Alberto Fernández, ha rechazado la condena a Cristina Fernández y la ha considerado “el resultado de un simulacro de juicio que ha violado el debido proceso”.

“Hoy en Argentina, fue condenada una persona inocente, alguien a quien los poderes fácticos trataron de estigmatizar a través de medios de comunicación y persiguieron mediante jueces complacientes que pasean en aviones privados y van a mansiones de lujo los fines de semana”, señaló el Presidente argentino.

La reacción al veredicto no fue limitado al ámbito político local, sino que, los líderes y personalidades internacionales han manifestado sus mensajes en solidaridad con la vicepresidenta condenando los ataques de “guerra judicial y mediática” por motivos políticos.

Entre los líderes políticos quienes condenaron el veredicto se ven los presidentes de Cuba, Miguel Díaz-Canel, de Bolivia, Luis Arce, de Honduras Xiomara Castro, así como los exmandatarios boliviano Evo Morales y la brasileña Dilma Rousseff.

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, mediante un mensaje, reiteró su rechazo a los procesos judiciales políticamente motivados y reafirmó todo su apoyo y solidaridad a Cristina Fernández frente al acoso judicial y mediático en su contra.

Por su parte, el Canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, ratificó su solidaridad con la vicepresidenta del país austral condenada “en un proceso que tiene claros fines políticos”.

A este respecto, la presidenta de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, dijo que “parece que estos criminales quieren que se muera de un infarto, de tantos disgustos que le están dando, o vaya a parar a la cárcel”.

Antes de conocerse el fallo, el exjuez español Baltasar Garzón en una carta dirigida a los jueces a cargo de la causa, resaltó que “la persecución política en una democracia por medio de la misma causa política es rechazable, pero hasta cierto punto comprensible, pero la persecución política a través del derecho (lawfare) es el mecanismo más perverso y destructor de aquella. Ustedes jueces son y serán los únicos responsables de que esto acontezca”.

Organizaciones sociales y políticas marcharon desde distintos lugares hasta los tribunales de la calle Comodoro Py, para escuchar y condenar la sentencia, advirtiendo que se trata de un golpe a la democracia, y una amenaza para todo el pueblo argentino. Miles más rodearon el Congreso esperando escuchar la voz de Fernández de Kirchner, la dirigente política argentina.

Los ministros y gobernadores, además del Partido Justicialista, enviaron comunicados de apoyo a Fernández de Kirchner y comenzaron a preparar actos para luchar contra la “dictadura judicial” y, por una reforma de una justicia cooptada por un sector por la derecha, y el neofascismo y por la injerencia de Estados Unidos, que se refleja en la actitud de la embajada aquí.

Se trata de la primera ocasión en que un vicepresidente en funciones es condenado, pero Fernández de Kirchner no irá a prisión hasta que la sentencia esté en firme de la Corte Suprema, un proceso que puede demorar años, e incluso llegar a instancias internacionales.