“Como cristiano puedo asegurar que quemar el libro santo de otra religión es absolutamente inaceptable. Decir que eso es parte de la libertad de expresión es una estupidez”, criticó el martes, el ministro de Relaciones Exteriores húngaro, Peter Szijjarto en una rueda de prensa conjunta con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu.
El líder ultraderechista sueco-danés Rasmus Paludan, quemó el 21 de enero, un ejemplar del Corán durante una protesta realizada bajo la protección de la Policía de Estocolmo (capital sueca), frente a la embajada de Turquía.
Ante tal situación, Szijjarto subrayó que comprende la posición de Ankara sobre el ingreso de Suecia en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), por lo que aconsejó a Estocolmo “ser más cuidadoso” si quiere ser miembro del bloque militar, por lo cual necesita el apoyo de Turquía.
Por su parte, el Canciller turco Mevlut Cavusoglu, volvió a denunciar la blasfemia al Corán y dijo “No es posible que digamos sí al ingreso de un país en la OTAN si no se cumplen estos requisitos. Se trata de cuestiones de seguridad y de lucha contra el terrorismo”, sostuvo.
En este sentido, el ministro de Relaciones Exteriores de Suecia, Tobias Billstrom, aseguró el lunes, que el proceso de adhesión de Suecia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha quedado suspendido; el evento que se produce tras la pérdida del apoyo de Turquía.
En mayo de 2022, Suecia y Finlandia solicitaron unirse a la coalición atlántica. No obstante, de acuerdo con las reglas de la OTAN, esta solicitud debe ser aprobada por todos los 30 países miembros de la agrupación. Hungría y Turquía son dos miembros de la OTAN que aún no han ratificado la adhesión de Suecia y Finlandia al ente militar.