“Permitir esto es inaceptable y condenable”, dijo el papa al periódico emiratí Al Ittihad, y afirmó que la libertad de expresión no debe ser como una excusa para insultar a los demás.
El pontífice también indicó sentirse "indignado" por la medida subrayando que "cualquier libro considerado sagrado por su gente debe ser respetado".
En una acción autorizada por la Policía sueca, so pretexto de “la libertad de expresión”, en el primer día de la fiesta musulmana de Aid al-Adha (Fiesta del Sacrificio, de gran importancia religiosa y cultural para los fieles musulmanes), un hombre quemó el miércoles, un ejemplar del Corán ante la mayor mezquita de Estocolmo, capital de Suecia.
La quema de un Corán en manos de un refugiado iraquí en Suecia suscitó múltiples condenas y reacciones en todo el mundo.
Después de una amplia ola de condenas internacionales, la Cancillería sueca, en un comunicado emitido el domingo, calificó la blasfemia al Corán como un acto islamófobo, al indicar que “condenamos enérgicamente estas acciones, que de ninguna manera reflejan los puntos de vista del Gobierno sueco”.
Los países musulmanes como Irak, Irán, Yemen, Turquía, Arabia Saudí, Jordania y Egipto, entre otros, alzaron la voz contra la repetida blasfemia a su libro sagrado en Suecia. Asimismo, la Liga Árabe (LA) y el Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico expresaron, por separado, una fuerte condena por tal profanación.
Al mismo tiempo, la Organización de Cooperación Islámica (OCI), en una reunión de emergencia, llamó a todos los 57 países miembros a adoptar una “postura unificada y colectiva” para impedir la repetición de cualquier acto islamófobo.