Masud Pezeshkian presta juramento este martes como nuevo presidente de Irán en el Parlamento para gobernar el país por cuatro años.
“El mundo necesita aprovechar esta oportunidad única para resolver los problemas regionales y globales con la participación de un Irán poderoso, pacífico y digno. El decimocuarto gobierno buscará el progreso y el desarrollo justo y sostenible de Irán, aumentando su capacidad económica y mejorando la calidad de vida de la población”, enfatizó el presidente iraní, agregando que “Irán es un país seguro, unido y estable. En medio de las tormentas y los fuertes vientos de la región, tras un terrible incidente que resultó en el martirio del Presidente, hemos celebrado elecciones completamente competitivas, saludables y esperanzadoras, estableciendo una nueva etapa en la continuidad del país con completa paz y armonía”.
Asimismo, señaló que “con el respaldo del pueblo, con el apoyo del Líder Supremo y con la creación de un consenso entre todos los órganos del sistema y las facciones políticas del país, defenderé con determinación y honor la dignidad y los intereses de Irán, y los derechos del pueblo en la escena internacional. La garantía de los intereses nacionales, la defensa de los intereses del pueblo y la mejora de la calidad de vida de la población dentro de los tres principios de dignidad, sabiduría y conveniencia serán los principales objetivos de la política exterior de mi gobierno. Para lograrlos, la interacción constructiva con el mundo estará en la cima de las prioridades del gobierno”.
“En nuestra visión, Irán es un país desarrollado, con el primer lugar económico, científico y tecnológico en la región, con una identidad islámica revolucionaria, inspiradora para el mundo islámico, con una interacción constructiva y efectiva en las relaciones internacionales, y con énfasis en la democracia religiosa, la justicia social, las libertades legítimas, la preservación de la dignidad y los derechos humanos, y disfrutando de seguridad social y judicial”, declaró Pezeshkian.
En otra parte de su discurso, el mandatario persa señaló que “los países vecinos no deben desperdiciar sus valiosos recursos en tensiones y rivalidades desgastantes”.
“Mi gobierno busca una región fuerte donde todos los países vecinos puedan unirse para el desarrollo económico, el progreso y la mejora de la vida de las futuras generaciones, una región cuya seguridad estará garantizada por la presencia de los países de la región”, afirmó el presidente iraní, para luego agregar que “una región que no permita que unos pocos extremistas y dogmáticos atrapen a casi dos mil millones de musulmanes de mente abierta en la narrativa falsa de la islamofobia. El Islam es la religión de la paz”.
“Nadie en el mundo aceptaría que se elogie al líder de un régimen que lucha contra mujeres y niños en Gaza y les lanza bombas. Parece que para algunos pretendientes de la civilización, los derechos humanos básicos se miden en función del color de piel y la religión”, afirmó, agregando que “No podemos llamarnos humanos y callar ante tanta barbarie, queremos un mundo donde el pueblo palestino se libre de la ocupación, la opresión y el genocidio, y donde el sueño de ningún niño palestino se entierre bajo los escombros de la casa de su padre”.