Los cazas israelíes lanzaron en julio pasado una serie de ataques contra la ciudad portuaria de Al-Hudayda, en el oeste de Yemen, en la que al menos seis civiles perdieron su vida y unos 80 yemeníes resultaron heridos.
Este ataque israelí también dañó más de 29 de los 41 tanques de almacenamiento de petróleo, dos grúas de transporte y una central eléctrica en el distrito de Salif, en las costas del mar Rojo.
La investigadora para Yemen y Baréin en la oenegé Human Rights Watch (HRW), Niku Jafarnia ha calificado este lunes de “crímenes de guerra” las ofensivas israelíes. “Al parecer, los ataques causaron daños desproporcionados a civiles y bienes de carácter civil. Las violaciones graves de las leyes de la guerra cometidas voluntariamente, es decir, deliberada o imprudentemente, son crímenes de guerra”, ha agregado.
Asimismo, Jafarnia ha destacado que las agresiones de Israel contra Yemen podrían tener un impacto duradero en la vida de millones de yemeníes. “Los yemeníes ya padecen hambre generalizada tras una década de conflicto. Estos ataques solo exacerbarán su sufrimiento”, ha clamado.
HRW ha recordado que las leyes de guerra prohíben los ataques deliberados, indiscriminados o desproporcionados contra civiles y bienes de carácter civil, por lo que un ataque no dirigido a un objetivo militar específico es indiscriminado y es desproporcionado, si las pérdidas civiles previstas son excesivas en comparación con el beneficio militar previsto del ataque.
El ataque israelí se produjo un día después de que las Fuerzas Armadas de Yemen lanzaran una operación militar especial cualitativa en la región ocupada de Yafa, que los israelíes la llaman Tel Aviv, y declararan insegura dicha para los colonos. La operación yemení con dron dejó un muerto, varios heridos y daños materiales.
Desde noviembre pasado, Yemen está llevando a cabo operaciones militares contra objetivos israelíes en los territorios palestinos ocupados, y apuntando a barcos vinculados a Israel o aquellos que se dirigen a los puertos israelíes en el mar Rojo, el océano Índico y el estrecho de Bab el-Mandeb, entre otras aguas adyacentes.
Estas operaciones se realizan en apoyo al pueblo palestino y sus combatientes y en respuesta a la guerra genocida del régimen sionista en la Franja de Gaza, que ha dejado más de 40 100 muertos desde el 7 de octubre.