El diario británico Financial Times describió esta huelga como una de las mayores expresiones de ira pública por el manejo de la guerra por parte de Benjamín Netanyahu, desde la operación sorpresa Tormenta de Al-Aqsa lanzada por el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) el 7 de octubre.
Asimismo, señaló que el lunes, se suspendieron las salidas del aeropuerto internacional Ben Gurion; Las universidades, los centros comerciales y los puertos fueron cerrados, y los ministerios del gobierno dejaron de trabajar, y las escuelas estaban programadas para abrir sólo por unas horas.
La huelga se produjo después de que Cientos de miles de israelíes inundaron calles de Tel Aviv y otras ciudades para exigir un alto el fuego en Gaza tras la muerte de otros seis retenidos sionistas.