Solo un día después de que casi la totalidad de los ministros propuestos recibieran el visto bueno del Parlamento, el presidente iraní Seyed Ebrahim Raisi y los nuevos miembros del gabinete fueron al mausoleo del difunto fundador de la República Islámica, el Imam Jomeini, situado en el sur de Teherán, para prometer lealtad a los ideales del Imam y los mártires de la Revolución Islámica.
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