Teherán, IRNA- La octava ronda de negociaciones de Viena sobre el levantamiento de las sanciones contra Irán ha entrado en la fase de toma de decisiones políticas. En esa etapa se suceden las consultas, como la conversación telefónica de ayer entre los presidentes de Irán y Francia, las cuales podrían ayudar a lograr el acuerdo, pero solo si los participantes regresan esta vez con soluciones constructivas.

Según informó IRNA, las conversaciones se interrumpieron antes de la toma de decisiones políticas más importantes. Los observadores internacionales se muestran más optimistas que nunca, a pesar de las numerosas trabas y exigencias de los países europeos y de EEUU.

En ese sentido, el vicesecretario de Política Exterior de la Unión Europea (UE), Enrique Mora, señaló en un reciente mensaje de Twitter que había llegado la hora de adoptar decisiones políticas. Después de mantener consultas, las delegaciones regresarán a Viena la próxima semana para reanudar las reuniones, las más largas de la historia.

Los propios negociadores de los países europeos manifestaron en un comunicado conjunto que las conversaciones estaban a punto de concluir y que solo faltaba tomar las debidas decisiones políticas.

Esos comunicados conjuntos por parte de los tres países europeos no son algo nuevo. En muchas ocasiones han realizado declaraciones dramáticas, pero podría tratarse de una estrategia dirigida a anunciar que se están dando pasos adelante con el fin de persuadir y ayudar a tomar las decisiones más difíciles, especialmente por parte de Washington, reconociendo las legítimas demandas de Irán, como el levantamiento de las sanciones y las debidas garantías sobre la implementación efectiva del acuerdo.

Mientras tanto, además de la llamada telefónica mantenida hace unos días entre los presidentes de Francia y Rusia centrada en el acuerdo nuclear, anoche, el presidente galo, Emmanuel Macron, habló con el presidente de Irán, Seyed Ebrahim Raisi. Esa llamada, anunciada previamente por algunos medios de comunicación franceses, como Le Figaro, despertó el optimismo sobre el futuro de las conversaciones, a pesar de los sabotajes de Occidente. "El presidente francés subrayó el sábado en conversación con su homólogo iraní la necesidad de avanzar rápidamente en el tema nuclear iraní", declaró el Palacio del Elíseo.

Macron reiteró que deseaba acelerar las conversaciones nucleares, señalando que se había producido un "progreso tangible" y que la solución diplomática era "posible y necesaria".

“Cualquier acuerdo requerirá compromisos claros por parte de todos; Francia sigue trabajando con todos sus socios”, indicó la web de France 24 citando al presidente francés y la declaración del Elíseo tras la conversación telefónica anoche.

La agencia de noticias francesa AFP también señaló que el presidente iraní habría manifestado que la República Islámica ha demostrado su voluntad de llegar a un acuerdo en las conversaciones, y que los esfuerzos de la otra parte deben incluir el levantamiento de las sanciones, la verificación y las debidas garantías.

Aunque los delegados franceses en Viena han saboteado constantemente sus compromisos en los últimos años, el pasado viernes auguraron que las conversaciones podrían ser exitosas.

Teniendo en cuenta los históricos incumplimientos de sus promesas de EEUU y sus aliados europeos, falta saber qué pasos clave y garantías ofrecerán para resolver las preocupaciones de Teherán.

Como es sabido, la canciller británica Liz Truss, efectuó el pasado martes unas paradójicas y baldías acusaciones: “Las negociaciones son imprescindibles, pero no han sido lo suficientemente rápidas. Seguimos trabajando en estrecha colaboración con nuestros aliados, pero se está llegando a un peligroso callejón sin salida”. Está claro que esos comentarios solo perseguían extender una atmósfera negativa.

Por otro lado, las acusaciones de que el proceso de negociación se está ralentizando también forma parte de las argucias de los países occidentales al tratar de imponer sus demandas a Teherán y frenar las expectativas de la República Islámica. Pero siempre han fracasado. Teherán no se ha amilanado en su firme posición al defender sus legítimos derechos: el levantamiento de las sanciones, recibir garantías y proseguir su programa nuclear.

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