“Exigimos enérgicamente a Estados Unidos que detenga de inmediato estos actos provocativos, de lo contrario, sufrirá las graves consecuencias de incidentes imprevistos”, se lee en el comunicado del Ministerio de Defensa Nacional de China.
El incidente del viernes tuvo lugar en medio de crecientes tensiones regionales, con el aumento de las actividades militares de Washington en Asia-Pacífico. No obstante, la Marina de los EE.UU. afirmó que el buque de guerra estadounidense estaba defendiendo sus derechos y libertad de navegación.
“Los reclamos marítimos ilegales y extensos en el Mar Meridional de China representan una grave amenaza para la libertad de los mares, incluidas las libertades de navegación y sobrevuelo, el libre comercio y el comercio sin trabas, y la libertad de oportunidades económicas para las naciones litorales del Mar Meridional de China”. dijo la 7ª flota de la Marina de los EE. UU. en un comunicado enviado por correo electrónico.
Por su parte, China ha expresado su preocupación por los “juegos de guerra” de Estados Unidos con sus aliados en Asia-Pacífico. En este sentido, el presidente Xi Jinping y su recién encargado ministro de Relaciones Exteriores, Qin Gang, usaron un lenguaje fuerte la semana pasada, condenando a la Casa Blanca por preservar una “mentalidad de Guerra Fría”.
La demostración de fuerza por parte de EE.UU. se produce después de que el presidente Xi realizará una visita de alto perfil a Rusia, firmando un acuerdo con su homólogo ruso, Vladimir Putin, para llevar sus lazos a una “nueva era” de cooperación.
El mar de China Meridional es una extensión muy disputada del océano Pacífico. Pekín reclama casi un 90 % de los territorios, mientras que varios países, entre ellos Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunéi, también reivindican su soberanía.
Aunque Estados Unidos y sus aliados occidentales no tienen reclamos sobre esas aguas, están muy involucrados en la disputa, enviando sus buques militares al mar de la China Meridional, bajo el pretexto de proteger la “libertad de navegación”.