“Irán ha concluido que tiene más que ganar que perder si sigue una política agresiva dirigida contra Washington y sus aliados en la región”, escribió Fareed Zakaria en Washington post, añadiendo que esta nueva realidad es el resultado de un factor: el colapso de cualquier política coherente de Washington hacia Teherán.
El columnista señaló que “desde que el presidente Donald Trump se retiró del acuerdo nuclear con Irán en mayo de 2018, la política estadounidense hacia Irán ha sido de “máxima presión”. El número de sanciones contra Irán aumentó de 370 bajo el mandato de Barack Obama a más de 1.500 durante la administración Trump, lo que convierte al país en el más sancionado del planeta. Mientras que los otros socios en las negociaciones del acuerdo nuclear objetaron, Estados Unidos utilizó sanciones secundarias para bloquearles de manera efectiva el comercio con Teherán. La administración Biden ha continuado en gran medida la política de Trump, con algunas modificaciones y relajaciones”.
“¿Y cuál ha sido el resultado de la política de máxima presión de Trump-Biden? Liberado de las limitaciones del Plan Integral de Accion Conjunta, Irán ha avanzado enormemente en su programa nuclear. Ahora tiene 30 veces más uranio enriquecido de lo que permitía el acuerdo, según el Organismo Internacional de Energía Atómica”, subrayó.
Mientras tanto, añadió Zakaria, que Irán forjando vínculos más estrechos con grupos del “Eje de la Resistencia”, ha respondido a las presiones extranjeras.
“En conjunto, este “Eje de la Resistencia” ha sumido a Israel en su guerra más larga y peligrosa en las últimas décadas, ha desviado alrededor del 70 por ciento del tráfico marítimo fuera del Mar Rojo y ha convertido a Irak y Siria en estados aliados”, concluyó.